Los libros de historia suelen mencionar que los hombres en la antigüedad vivían en cuevas y, usualmente, la imaginación despliega de inmediato una imagen de la entrada semi-circular de una montaña; poco se podría creer que existen unas cuevas con más diseño de 'casas de piedras' y que están incrustadas en un cañón de la Sierra Madre Occidental en donde toda una civilización decidió crear su sociedad entre estas paredes de roca milenaria.
Cuarenta Casas es una zona arqueológica que ha permanecido casi intacta al paso de los siglos; se encuentra en el Cañón de Huápoca en las montañas del estado de Chihuahua.
Estas cuevas son agrupaciones con distintas 'viviendas', integradas en la misma roca montañosa y que, gracias a los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se han podido estudiar a fondo.
Te podría interesar
Cuarenta Casas: tan antiguas como las pirámides y una historia impresionante
De acuerdo con los estudiosos, en Cuarenta Casas vivió la sociedad de los Paquimé, cerca del año 1200 d.C. Esta civilización, según los investigadores, eran grupos de cazadores recolectores; manufactureros de canastas de materiales de fibras y, agricultores que posiblemente heredaron las costumbres de la zona de Casas Grandes.
La ubicación y restos encontrados en esta zona explican cómo esta gente logró adaptarse a un clima y geografía extrema; pues la montaña es alta, fría y de acceso difícil; sin embargo, el sitio se conserva casi intacto en el cual se ha podido comprobar que esta población logró vivir en esta zona como si de un valle se tratara.
Los antropólogos señalan que fue abandonado en algún momento; al menos hacia el año 1340 d.C. los hallazgos demuestran que ya estaba deshabitado por completo. Las suposiciones sobre este desalojo son distintas, una de las opciones es que el pueblo fue atacado por enemigos y sitiaron a la comunidad.
En todas las cuevas, durante las excavaciones se rescataron restos importantes de la vida cotidiana de esta civilización, que alguna vez hizo de este espacio su hogar; por ejemplo, fogones de piedra, petates, cestas y sandalias de fibras naturales como el agave, la yuca y el dasylirion e incluso, fueron encontradas pinturas rupestres.
El terreno rocoso y las vías naturales de las cuevas, permitieron a esta civilización crear edificios de tierra y madera con ventanas tipo "T", protegidos del clima gracias a la piedra de los acantilados.
Los primeros registros de esta zona fueron realizados por un explorador noruego en 1892, que luego fueron publicadas en el libro México Desconocido. En enero de 2002 se declaró como Zona de Monumentos Arqueológicos y el INAH propuso también, la creación de un festival llamado "Sol de los Acantilados", el cual se podía aprovechar para difundir la cultura regional y las joyas antropológicas y arqueológicas de 40 Casas.
Aunque este título de '40 Casas' lo obtuvo en el siglo 16 por el conquistador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, los arquéologos suelen llamarle "Casas de los Acantilados" y, se cree que además de ser viviendas, también estos espacios servían como talleres, considerando que la comunidad trabajaba las fibras naturales y, posiblemente, su comercio dependía de esta producción.
A la fecha, han registrado más de 180 sitios en esta zona. El total de conjuntos de cuevas encontrados, son 10: la Cueva del Gato, la Cueva de las Ratas, la Cueva del Puente, de las Tapias, Manchada, del Arroyo, de la peña, del Arco, de los Nichos y la más popular, la Cueva de las Ventanas. Esta última es famosa porque su arquitectura es la más grande de toda la zona arqueológica.
Visitar 40 Casas
Este sitio arqueológico está ubicado en el noroeste a 320 kilómetros de la ciudad de Chihuahua y, a menos de 43 km de Ciudad Madera, en el pueblo conocido como El Vallecito. Se utiliza la carretera que lleva Mesa del Huaracá y en el km 42 encontrarán la puerta de entrada.
Se puede visitar todos los días y el recorrido con visita guiada solo es de 9:00 a 3:00 de la tarde, por reservación. Los miradores y la zona arqueológica están abiertos hasta las 18:00 horas.
El acceso no es directo, hay que caminar casi 2 km de ida y lo mismo de regreso, con un recorrido de 2 horas en promedio. No tiene costo y hay servicio de estacionamientos y sanitarios.
Se recomienda utilizar ropa y calzado que permitan subir la montaña, especialmente botas o tenis para senderismo que sostengan el tobillo; manga larga y pantalones. También debe llevarse agua suficiente y mantenerse hidratados durante el recorrido.
No se recomienda esta caminata para las embarazadas, o para personas con baja condición física o que sean propensos a problemas de asma, cardiacos, hipertensión o similares; se sugiere mejor evitar la subida y pasear por las zonas de descanso.