PUEBLOS MEXICANOS

En este pueblo mexicano hornean pan con pétalos de rosa; ¿el más romántico del mundo?

Esta delicia, que combina tradición, estética y herbolaria ancestral, se ha convertido en una experiencia culinaria imperdible para los visitantes

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En Zacatlán de las Manzanas, famoso por sus relojes monumentales y su clima brumoso, los sabores tienen historia.

Este pueblo enclavado entre neblinas y huertos de manzana no solo es uno de los más encantadores de la región, sino también hogar de panaderías artesanales que han decidido reinventar el arte del pan… con flores.

Una de estas joyas culinarias es el Pan de Rosas, elaborado en pequeñas panaderías familiares, que desde hace más de una década experimenta con ingredientes locales para ofrecer algo diferente a los turistas. 

Un pan ligeramente dulce, esponjoso y aromático, decorado con pétalos de rosa comestibles cultivados en la región.

¿Rosas en el pan? Sí, pero no cualquiera

Los pétalos no son los de cualquier flor de floristería. Se trata de rosas orgánicas comestibles, cultivadas en invernaderos cercanos sin pesticidas, especialmente para este tipo de platillos. 

Los panaderos las seleccionan una por una, las limpian cuidadosamente y las incorporan tanto en la masa como en la decoración final.

El proceso artesanal que enamora

A diferencia del pan industrial, este se amasa a mano y se hornea en hornos de leña. 

La receta incluye harina de trigo, mantequilla, vainilla natural y pétalos frescos infusionados en agua de rosas, lo que da al pan un tono ligeramente rosado y un aroma floral muy sutil, nada empalagoso.

La estética es parte esencial: se sirve con pétalos encima, a veces acompañados de mermeladas de frutas de la región como la manzana, zarzamora o tejocote.

El auge del turismo slow y el interés por experiencias sensoriales distintas ha hecho que este tipo de gastronomía gane fuerza, especialmente entre jóvenes foodies y turistas nacionales.

La magia está en lo simple

Zacatlán es uno de esos lugares que parecen tener un alma propia. Y parte de esa magia está en detalles como este pan: algo tan simple y cotidiano, pero llevado a otro nivel con ingredientes que conectan al comensal con la tierra, la tradición y la belleza natural de México.

Si algún día visitas este pueblo, no olvides probar el pan con pétalos de rosa… porque no, no es cuento.