HISTORIA

Monterrey: en estos cementerios descansan grandes personajes, desde 1899; incluso el 'niño del violín'

Una ruta por estos cementerios revela la identidad profunda de Monterrey entre mármol, memoria y misticismo

Escrito en NACIONAL el

Monterrey, más allá de sus rascacielos y avenidas modernas, esconde tesoros culturales en sus cementerios más emblemáticos: Panteón del Carmen y Panteón Sagrado Corazón.

Espacios entre lo histórico, arquitectónico y místico donde reposan los restos de figuras clave en la historia regional.

Panteón del Carmen

Inaugurado el 17 de abril de 1901, por impulso de Amado Fernández Muguerza, este panteón fue diseñado por el arquitecto anglo-americano Alfred Giles, con estilo neogótico y materiales importados: cantera potosina, marmol italiano, vitrales y mármol de Carrara.

En sus mausoleos descansan grandes nombres como Isaac Garza (fundador de Cervecería Cuauhtémoc y Fundidora de Fierro y Acero), Francisco G. Sada, José A. Muguerza y Benjamín Salinas, quienes formaron parte del tejido industrial de Monterrey a finales del XIX y principios del XX.

El mito del "Niño del Violín"

Una de las tumbas más conmovedoras es la de Gregorio Alanís González, un prodigio del violín que falleció a los 13 años en 1908. Sus padres mandaron esculpir una estatua de mármol que lo representa tocando su instrumento.

Desde hace más de un siglo, hay quienes afirman oír música en las madrugadas entre la 1:00 de la madrugada y las 3:00 de la madrugada, o ver su figura vagando por el panteón.

Panteón Sagrado Corazón (Topo Chico)

Este cementerio, creado a finales del siglo XIX por los colonos de San Bernabé, alberga a los primeros pobladores del área y a músicos representativos, como Pedro Yerena, Juan Montoya, Ramiro Pérez, José González ("Los Gorriones del Topo Chico") y Fermín Elizondo, cuyas tumbas, muchas de mármol importado, datan desde 1899 y 1919.

El Panteón Sagrado Corazón no cuenta con una fecha exacta de inauguración, documentos históricos mencionan que los vecinos de la comunidad de San Bernabé solicitaron un cementerio hacia 1899, debido a las dificultades para trasladarse al panteón de Monterrey, las lápidas más antiguas registradas, como la de Fermín Elizondo, datan de 1899 lo cual confirma su uso desde tiempos muy tempranos

¿Por qué vale la pena visitarlos?

  • Testimonio arquitectónico: sus neogóticas portadas, vitrales y majestuosos mausoleos son verdaderas obras de arte funerario
  • Historia viva: albergan a empresarios, músicos y pioneros de Monterrey cuya huella es aún visible
  • Leyendas y memoria colectiva: desde mitos como el niño del violín hasta la identidad musical de Topo Chico, estos lugares están llenos de relatos humanos
  • Turismo cultural: funcionan como museos al aire libre donde se entrelazan arte, arquitectura, historia y misticismo

Panteón del Carmen y Panteón Sagrado Corazón revelan las múltiples facetas de la identidad regiomontana: el poder industrial, las raíces culturales y el misticismo urbano.

Estas necrópolis no solo guardan la memoria de quienes construyeron la ciudad, sino que también ofrecen un espacio de reflexión sobre el paso del tiempo, las leyendas y lo que elegimos preservar.