Este 20 de septiembre del 2025, la Sultana del Norte conmemora 427 años de historia, forjada por familias valientes, montañas imponentes y una visión de grandeza que ha marcado a Monterrey, Nuevo León, como uno de los centros económicos, culturales y sociales más importantes de México.
Pero detrás del escudo, los monumentos y las avenidas modernas, aún hay misterios que envuelven su fundación, historias ocultas sobre los apellidos que construyeron la ciudad y el verdadero origen de su nombre.
Un nombre con sangre española y orgullo regio
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Contrario a lo que muchos creen, Monterrey no fue nombrado por sus cerros; el nombre se eligió para honrar a Gaspar de Zúñiga y Acevedo, virrey de la Nueva España y originario de Monterrei, Galicia, en España. Fue él quien, con una visión más empática hacia los novohispanos, apoyó el proyecto que daría vida a esta ciudad.
“Por darle honor al virrey, se denominó Ciudad Metropolitana de Monterrey”, explicó María Guadalupe Piedra, experta de 3 Museos.
¿Sabías que Monterrey nació de un acto de resistencia?
Antes de que Diego de Montemayor fundara oficialmente la ciudad en 1596, hubo dos intentos fallidos de asentamiento. Uno de ellos, liderado por Luis de Carvajal y de la Cueva, un judío converso perseguido por la Inquisición, quien aún encarcelado escribió una carta para que su capitán, Montemayor, cumpliera el sueño de establecer una nueva ciudad.
Así llegaron 12 familias desde Saltillo, cuyos apellidos siguen resonando en nuestras calles: González, Leal, Martínez, García, Salinas, muchos de estos, modificados para ocultar su origen judío y salvar sus vidas, se convirtieron en los pilares de nuestra sociedad.
Incluso antes de su fundación, indígenas como los tlaxcaltecas cruzaban por esta zona, descritos como “altos y de cuerpos fuertes”, quienes luego trabajarían en haciendas con escuelas y tiendas de raya, pilares del desarrollo rural en la región.
Monterrey: tierra fértil, río vivo y vista imperial
La fundación oficial ocurrió en lo que hoy es la Fuente de Monterrey, frente al Congreso del Estado. Desde ahí, la estatua de Diego de Montemayor apunta al suelo, al sitio exacto donde inició esta ciudad de montañas y oportunidades.
“Había agua abundante, pastos verdes todo el año y una vista majestuosa de montañas”, cuenta Piedra. “Era un lugar bendecido para iniciar una nueva vida”.
El río Santa Lucía, hoy convertido en paseo turístico, era el corazón de la ciudad: con agua cristalina y peces tan grandes que se les recuerda como leyenda viva. Su cauce permitió el florecimiento del barrio de los oficios, el comercio y la ganadería.
El Nuevo Reino de León: una visión de realeza
La ambición de los fundadores no se detenía en un simple asentamiento. Soñaban con crear un reinado, el Nuevo Reino de León, para ofrecerlo a la corona española. Y aunque ese plan no prosperó, la grandeza sí quedó escrita en los cimientos de la ciudad.
Monterrey hoy: moderna, orgullosa y con raíces fuertes
Hoy, Monterrey no solo celebra su pasado: lo honra en sus avenidas, en sus familias, en su orgullo regio. Desde el Cerro de la Silla hasta el Paseo Santa Lucía, cada rincón recuerda cómo la ciudad nació entre la persecución, la fe y el deseo de construir algo eterno.