Reconocida por la revista cultural cubana Árbol Invertido como el árbol más hermoso del mundo, la jacaranda ha conquistado con su esplendor a diversas regiones del planeta, y en particular a México, donde se ha convertido en un símbolo botánico emblemático. Originaria de Brasil, esta especie destaca no solo por su imponente altura puede alcanzar hasta 20 metros, sino también por su espectacular floración lilácea que ocurre dos veces al año, durante la primavera y el otoño.
Su nombre original en portugués, “yacarandá”, significa “oloroso”, haciendo honor a la fragancia que despiden sus flores, una característica que la revista Architectural Digest destaca entre las más apreciadas.
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Aunque el género jacarando agrupa alrededor de 120 especies, sólo 50 están reconocidas oficialmente, siendo la jacaranda mimosifolia o “jacarandá preto” la más popular en México, donde decora calles, parques y avenidas emblemáticas con sus racimos florales de cuatro a cinco centímetros.
Lo que hace a la jacaranda especialmente adaptada a las ciudades son sus hojas pequeñas, de apenas medio milímetro, que permiten una resistencia excepcional a ambientes urbanos. Sus frutos leñosos, curiosamente semejantes a pequeñas mantarrayas, aportan un toque único a su perfil botánico.
Jacaranda en México: una floración que enamora
Aunque llegó a México a finales del siglo XIX, la jacaranda se ha integrado al paisaje nacional con una fuerza tal que hoy en día es uno de los iconos visuales de la primavera en muchas ciudades.
La capital del país, por ejemplo, se transforma cada año cuando avenidas como Paseo de la Reforma, Avenida Horacio en Polanco y la Ciudad Universitaria se visten de un vibrante lila, atrayendo tanto a locales como a turistas.
Además de la Ciudad de México, otros estados donde la jacaranda florece con esplendor son:
- Jiquilpan, Michoacán: Conocido como “El Pueblo de las Jacarandas”, su Plaza de la Aguadora se llena de un manto púrpura ideal para fotógrafos y amantes de la naturaleza
- Cholula, Puebla: Aquí las jacarandas embellecen la vista de la Gran Pirámide con el volcán Popocatépetl como fondo
- San Miguel de Allende, Guanajuato: Las calles empedradas y las fachadas coloniales se vuelven aún más románticas con la floración lila
- Xalapa, Veracruz: El Paseo de Los Lagos ofrece un ambiente mágico para disfrutar del aroma y color de la jacaranda
- Aguascalientes, Aguascalientes: El Jardín de San Marcos y el Patio de las Jacarandas destacan como puntos imperdibles
- San Luis Potosí, San Luis Potosí: El centro histórico y el Parque Morales se llenan de color cada primavera
¿Cómo llegó la jacaranda a México?
Aunque no existen registros oficiales definitivos, se sabe que la introducción de la jacaranda en México está ligada a la historia de los jardineros japoneses Tatsugoro y Sanshiro Matsumoto.
A principios del siglo XX, los Matsumoto propusieron plantar jacarandas en las calles principales de la Ciudad de México, iniciativa apoyada por el presidente Álvaro Obregón. Desde entonces, el árbol fue cultivado en viveros y distribuido ampliamente.
Gracias a la compatibilidad climática, la jacaranda no solo sobrevivió, sino que se consolidó como un símbolo cultural y visual, parte integral del imaginario nacional mexicano. Aunque no es originaria de México, este árbol ha encontrado en el país un hogar que realza con sus flores la belleza urbana y natural.