Una irrupción violenta en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, encabezada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, desencadena el cierre temporal del recinto por parte del Gobierno federal.
El hecho genera un fuerte impacto en la operación aérea y en la percepción pública sobre la gobernabilidad y la seguridad nacional.
CNTE irrumpe en AICM
La parálisis de uno de los aeródromos más transitados de América Latina se consumó este jueves, cuando el Ejecutivo federal se vio obligado a frenar toda actividad operativa en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La medida, sin precedentes recientes, fue una respuesta directa a la incursión no autorizada protagonizada por grupos organizados de la CNTE.
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El episodio comenzó con una irrupción masiva por parte del magisterio disidente, cuyos miembros ingresaron sin restricción aparente en zonas sensibles del aeropuerto.
Esta acción fue descrita por las autoridades como un evento de “alto riesgo operativo”, lo cual motivó la suspensión de actividades para salvaguardar la integridad de usuarios y empleados. En medio de la confusión, se reportaron actos de vandalismo y enfrentamientos con los cuerpos de seguridad desplegados en el lugar.
La Coordinadora ha declarado que esta escalada de presión es parte de una estrategia para forzar negociaciones más ágiles respecto a su pliego petitorio, centrado en exigencias salariales y reformas en el sistema educativo nacional.
Sin embargo, su método ha provocado una reacción dividida en la opinión pública, donde muchos cuestionan la legitimidad de interrumpir una infraestructura crítica para el país.
Empleador se retiran
Empleados del aeropuerto, ante el temor de sufrir daños físicos, optaron por retirarse de sus áreas de trabajo. Este repliegue contribuyó a la paralización general de operaciones, sumando a la incertidumbre y al caos logístico. Familias varadas, vuelos cancelados y pasajeros sin información clara agravaron el escenario.
Mientras tanto, el Ejecutivo ha emitido un comunicado en el que reitera su disposición al diálogo, pero rechaza cualquier forma de presión que comprometa la seguridad nacional o el funcionamiento estratégico del país. La situación permanece en desarrollo y las autoridades evalúan el despliegue de protocolos de contención y restauración de orden.
En las últimas horas, los representantes de la CNTE han insinuado que no abandonarán el sitio hasta obtener una respuesta formal a sus peticiones, dejando abierta la posibilidad de convertir el AICM en su nuevo epicentro de protesta prolongada. De esta forma, el conflicto en la Terminal 2 mantiene al AICM como símbolo tanto de protesta social como de desafío institucional.