Con su reconocido humor por transformar personajes de la vida real en piñatas, la Piñatería Ramírez, de Reynosa, Tamaulipas, compartió su nuevo modelo: "la abuelita sicaria".
Los dueños se han inspirado en el trágico evento en el que participó la señora Carlota ‘N’, acusada de cometer un doble homicidio en Chalco, Estado de México.
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La imagen de la piñata presenta a una señora visiblemente enojada, con lentes delineados alrededor de los ojos y vestida de rosa.
Los detalles de la figura incluyen un reloj en su muñeca izquierda, la bufanda oscura, zapatos grises y la piñata, de tamaño casi natural, aparece empuñando una pistola de plástico.
La imagen que compartió la Piñatería Ramírez se convirtió de inmediato en toda una sensación y su página de Facebook ha generado en menos de una semana casi 6 mil likes y más de mil comentarios divertidos ante la ocurrencia de la tienda.
Algunos de los usuarios que repostearon la noticia aplaudieron la ingeniosa idea, "lleve su piñata sicaria", "viva la abuelita Carlota", "¿héroe o villana?", "ay, mi México, nunca te acabes", fueron algunas de las frases compartidas en las redes sociales.
Entre los comentarios recibidos en Facebook, otros tantos continuaban intercambiando opiniones como "Pidan sus piñatas, la abuelita dispara" y, en definitiva, la mayoría se mostraba en favor de la ahora famosa abuelita.
Una usuaria recalcó "Está mal el concepto, es abuela vengadora, sicario es un asesino a sueldo"
Como México no hay dos
Algunas opiniones tomaron fuerza; consideraban que promover a la adulta mayor como sicaria estaba "muy mal" ya que ella simplemente "defendió lo suyo" y así, las diferentes opiniones continuaron a lo largo de los comentarios en el que señalaban una falta de respeto a la señora, o bien, criticando que se promoviera el asesinato de una persona.
Algunos usuarios advirtieron que (la tienda) tuviera cuidado, no los fueran a demandar.
Hasta el momento, los dueños del controversial negocio no han expresado su opinión acerca de las críticas. Sin embargo, este hecho demuestra una vez más que los mexicanos siempre somos capaces de reírnos hasta de nuestras más grandes dificultades.