En México, contratar a una empleada doméstica sin un contrato puede acarrear serias consecuencias legales. La Ley Federal del Trabajo establece que todas las personas que trabajen en el hogar deben tener un contrato por escrito que especifique sus derechos y obligaciones.
Este contrato asegura que la trabajadora tenga acceso a condiciones laborales justas, como un salario adecuado, días de descanso, vacaciones pagadas y seguridad social.
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¿Por qué es importante?
Sin un contrato legal, las empleadas del hogar quedan desprotegidas y los empleadores corren el riesgo de enfrentar demandas por despido injustificado o accidentes laborales. Si ocurre algún accidente, el empleador podría ser responsable de los costos médicos e indemnizaciones.
Además, el empleador podría ser multado con sanciones que van desde los 5,657 hasta 565,700 pesos, dependiendo de la gravedad del incumplimiento.
Además, según la Ley del Seguro Social, es obligatorio inscribir a las empleadas domésticas en el IMSS. No hacerlo también puede resultar en sanciones. El proceso para registrarlas es sencillo, ya sea en línea o de manera presencial, y garantiza que la trabajadora esté cubierta por los beneficios del sistema de salud y otras prestaciones sociales.
Es crucial que, como empleador, cumplas con las obligaciones legales al contratar a una persona para labores del hogar.
Firmar un contrato y registrar a la trabajadora en el IMSS no solo te protege de posibles sanciones, sino que también asegura que las trabajadoras disfruten de derechos fundamentales como acceso a atención médica, un salario justo y condiciones laborales adecuadas.
Cumplir con la ley es la mejor manera de evitar problemas y garantizar un entorno de trabajo justo para todos.