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'Lomitos' y 'michis': este es el origen de estas tiernas palabras para nombrar a perros y gatos

Conoce las raíces de estos términos y su incorporación en el lenguaje cotidiano

Los 'lomitos' y los 'michis'
Los 'lomitos' y los 'michis'Créditos: internet
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En la actualidad, es común escuchar que los perros son llamados "lomitos" y los gatos "michis", pero pocos conocen el trasfondo histórico y lingüístico de estas palabras.

Estos términos tienen raíces en el internet, la fonética y hasta en lenguas indígenas, lo que demuestra cómo la cultura digital y la tradición se entrelazan en el lenguaje cotidiano.

'Lomito', perro; 'michi', gato

El lenguaje evoluciona constantemente, y las redes sociales han potenciado la aparición de términos afectivos que rápidamente se incorporan al habla popular.

Un ejemplo claro de ello es el uso de "lomito" para referirse a los perros y "michi" para hablar de los gatos, expresiones que han conquistado el corazón de millones de personas. Pero, ¿de dónde provienen estas simpáticas palabras?

El vocablo "lomito" se popularizó en enero de 2015 gracias a un meme viral en Facebook, donde un perro de aspecto tierno y voluminoso fue apodado "perrito súper gordito".

En aquel entonces, los usuarios comenzaron a referirse a su "suave lomito" con gran ternura, hasta que la expresión se acortó simplemente a "lomito". Desde entonces, este término se usa cariñosamente para denominar a cualquier perro, sin importar raza o tamaño, como un reflejo del afecto que los internautas sienten por sus mascotas.

El cariñoso apodo de los gatos

Por otro lado, el uso de "michi" para referirse a los gatos tiene un origen más antiguo y arraigado en la fonética de diversas lenguas.

Durante la época de la conquista, los españoles llamaban a los felinos con un sonido similar a "mishi". Este fonema fue adoptado por distintas culturas prehispánicas, como el otomí, el maya y el náhuatl, en las que surgieron palabras como "mixi", "miis" y "miztli", todas con el mismo significado: gato.

Con el paso del tiempo, el término se transformó en "michi", un apodo que hoy es ampliamente utilizado en América Latina.

Vocablos que se hicieron costumbre

El auge de estos vocablos demuestra cómo el lenguaje se moldea a través de la tradición oral, la cultura popular y la influencia de internet. Así, "lomito" y "michi" han trascendido su origen, convirtiéndose en parte de una expresión colectiva de ternura y conexión con los animales de compañía.