LAS DULCES DÉCADAS

México en el tiempo: productos que podías comprar con 0.50 centavos en los 90

La dulce memoria de los 50 centavos viene a nuestra mente al echar un vistazo a los antojos de una infancia inolvidable

Los dulces y baratos recuerdos.
Los dulces y baratos recuerdos.Créditos: Internet | El Mañana
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Los recuerdos de la infancia suelen estar ligados a los sabores, y para quienes crecieron antes de la crisis de 1994, los dulces y golosinas que podían adquirirse con 50 centavos son una cápsula del tiempo que despierta nostalgia.

Aquellos pequeños tesoros de la tiendita de la esquina o la cooperativa escolar marcaban la alegría de la niñez, cuando medio peso alcanzaba para un festín de sabores.

Productos que podías comprar con 0.50 centavos en los 90

Previo a la llegada de las tiendas de conveniencia que ahora dominan las calles de México, los abarrotes de barrio eran el paraíso infantil, con mostradores llenos de dulces que se hicieron clásicos.

Por 50 centavos, los niños podían elegir entre huevitos Pico Rico, chiles en polvo como Miguelito, o tamarindos en botecitos con chile piquín.

También había chocolates Canasta con su característico relleno de rompope, chicles Motitas de distintos sabores, y las Abejitas, un caramelo con centro frutal que se derretía en la boca.

Para los amantes de lo clásico, estaban los Dulces Tomy originales, de leche quemada, y los Cachitos, unos chiclosos inolvidables de la Dulcería Montes. Además, con esa cantidad se podían adquirir accesorios como dos pulseras de plástico fosforescentes, que complementaban el look de los niños de los años noventa.

Usuarios opinan en las redes de esos años maravillosos

Las redes sociales han servido de foro para rememorar estos tiempos, con usuarios compartiendo sus experiencias. Algunos recuerdan que ciertos productos costaban incluso menos, mientras que otros reflexionan sobre los cambios económicos que hicieron que los precios se dispararan.

Comentarios como "Me gasté todos los dientes, pero qué ricos eran esos dulces" reflejan el cariño con el que se evocan aquellos momentos.

Hoy, los 50 centavos han perdido su valor adquisitivo, pero siguen siendo una referencia de una época donde la felicidad cabía en la palma de la mano y costaba solo unas cuantas monedas.