Las autoridades sanitarias de Coahuila han confirmado el fallecimiento de un paciente a consecuencia de la tosferina en el municipio de Ramos Arizpe.
Este deceso se suma a los ocho casos registrados en la entidad que siguen hospitalizados, específicamente en Saltillo y Torreón, situación que podría agravarse debido a la renuencia de algunos sectores de la población a recibir la vacuna.
Muere paciente por tosferina
El subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud, Iván Alejandro Moscoso González, destacó que la tosferina es una enfermedad prevenible mediante la inmunización.
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Sin embargo, la disminución en la cobertura de vacunación tras la pandemia ha dejado a muchas personas expuestas a contraer el padecimiento, sobre todo en las estaciones frías, cuando los virus encuentran condiciones favorables para su propagación.
De acuerdo con Moscoso González, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado una reducción en los esquemas completos de vacunación a nivel global, y México, incluyendo Coahuila, no ha sido la excepción.
Esta tendencia ha generado un incremento en la vulnerabilidad de la población, en particular entre los menores de cinco años, quienes son más propensos a presentar complicaciones.
Empieza como un resfriado
La enfermedad, que en sus primeras fases puede confundirse con un resfriado común, se caracteriza por síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza, irritabilidad, escurrimiento nasal y dificultad respiratoria.
En casos más graves, la tos intensa y persistente puede derivar en complicaciones severas, especialmente en niños pequeños y adultos mayores.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias han reiterado el llamado a los padres de familia y a la comunidad en general para que acudan a los centros de salud a completar su esquema de vacunación.
Solo así se podrá reducir el riesgo de transmisión y evitar desenlaces fatales como el registrado en Ramos Arizpe.
El caso sospechoso en Piedras Negras sigue en estudio, mientras que la Secretaría de Salud mantiene una vigilancia epidemiológica activa para detectar posibles nuevos contagios. La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para evitar más fallecimientos a causa de la tos ferina.