La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fijó postura frente al resurgimiento del discurso antimigrante en América Latina, particularmente en Chile, luego de que el presidente electo José Antonio Kast propusiera la creación de un “corredor humanitario” para la repatriación de personas migrantes. Cuestionada sobre este tema, la mandataria subrayó que su gobierno no comparte ninguna visión que criminalice a quienes migran.
Sheinbaum sostuvo que las políticas basadas en la persecución o estigmatización de personas migrantes no solo son inhumanas, sino que también resultan ineficaces para atender las causas reales del fenómeno.
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En su mensaje, recordó que la migración forzada está estrechamente vinculada a la desigualdad, la falta de oportunidades y la pobreza en los países de origen.
La criminalización de las y los migrantes es un acto de poca humanidad, que genera problemas; siempre hemos planteado desde la transformación que la mejor forma de disminuir la migración es invertir en los países, ayudar, proteger a las personas, evitar la desigualdad.
La jefa del Ejecutivo federal enfatizó que México mantendrá una política migratoria con enfoque humanitario y de respeto a los derechos humanos, tanto en su política interior como en su postura internacional. Señaló que, en lugar de cerrar fronteras o promover medidas punitivas, es fundamental impulsar esquemas de cooperación regional que fomenten el desarrollo económico y social.
Sheinbaum reiteró que su administración seguirá promoviendo el diálogo y la colaboración entre países para atender las causas estructurales de la migración.
Nosotros nunca vamos a estar de acuerdo con las acciones que criminalicen a las y los migrantes.
Con estas declaraciones, la presidenta marcó distancia de los discursos restrictivos y reafirmó que, para México, la migración debe atenderse desde una perspectiva de derechos humanos y justicia social.
