PROFESIONES

Tanatólogos, los profesionales del alma; el arte de acompañar la vida frente a la muerte

Estos especialistas son figuras esenciales en la atención emocional y espiritual ante la pérdida; su labor, más humana que técnica, impulsa una nueva cultura del duelo con empatía y dignidad en el tránsito final de la vida

La importancia de la tanatología.
La importancia de la tanatología.Créditos: internet
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Los tanatólogos representan una profesión en crecimiento que transforma la manera en que la sociedad se enfrenta al dolor y la muerte.

Más allá de un enfoque clínico, estos profesionales brindan acompañamiento emocional, orientación y sentido en momentos donde las palabras escasean.

Tanatólogos en México

En un país con profundas tradiciones funerarias, su presencia se ha vuelto indispensable tanto en hospitales como en hogares.

El trabajo del tanatólogo abarca múltiples escenarios. En los hospitales, su papel es clave dentro de los equipos de cuidados paliativos, ayudando a pacientes terminales y a sus familias a aceptar el proceso de morir sin miedo.

En funerarias o consultorios, orientan a quienes han perdido a un ser querido, guiándolos a través de las etapas del duelo con empatía y respeto.

También colaboran en instituciones educativas y asociaciones civiles, donde promueven la comprensión del ciclo vital y la resignificación de la pérdida.

Formación profesional

Su formación es diversa y profundamente interdisciplinaria. En México, existen diplomados, especialidades y maestrías en tanatología avalados por la Secretaría de Educación Pública. Universidades como la UNAM, Anáhuac, UVM o la Universidad de Tijuana ofrecen programas con enfoques clínicos, espirituales y sociales.

La Asociación Mexicana de Tanatología (AMTAC), pionera en el país, continúa capacitando a profesionales en el acompañamiento ético del duelo y en la prevención del desgaste emocional.

Para ejercer, se recomienda contar con estudios previos en psicología, medicina o trabajo social, además de habilidades esenciales como la empatía, la escucha activa y la contención emocional. Más que títulos, la vocación y la sensibilidad son el eje que define a estos profesionales del alma.