El bloqueo de las carreteras del Bajío resumieron el reclamo de cientos de productores que, ante la indiferencia oficial, optaron por cerrar los caminos que conectan el país.
El agotamiento y la desesperanza los llevaron al límite. El campo mexicano, atraviesa una de sus crisis más profundas: lo manifestantes reclaman la rentabilidad y lo difícil que es vivir de la tierra.
Bloqueo de carreteras por campesinos mexicanos
En Salamanca, Irapuato y municipios vecinos, los campesinos han mantenido sus protestas por más de dos semanas. Denuncian que los precios de sus cosechas no cubren los costos básicos de producción.
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Los campesinos manifiestan que mientras el maíz blanco se les paga a cuatro pesos por kilo, los acaparadores lo revenden hasta cinco veces más caro.
Los manifestantes aseguran que hace tres décadas recibían casi lo mismo por tonelada que hoy.
Todo sube, menos lo que ganamos
A los bajos ingresos se suma el desgaste de años de abandono institucional.
El reclamo principal es el respeto un precio justo, 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz y 6 mil por sorgo, y que la producción nacional deje de depender de la Bolsa de Chicago, por tener mucha diferencia de la realidad de los campesinos mexicanos.
La relación de la Bolsa de Chicago influye de manera directa en el precio del maíz nacional, ya que el T-MEC maneja la cotización del grano de acuerdo a los precios internacionales. Esto afecta a los campesinos mexicanos, sobre todo a los de maíz blanco, que es su cultivo básico.
Las pérdidas económicas por los cierres carreteros superan los 10 mil millones de pesos, pero el sector transportista se muestra solidario con los protestantes.
Sabemos que sin ellos no hay alimentos ni trabajo
Los empresarios del ramo reconocen el grave problema del campo y a pesar de las pérdidas millonarias pusieron de manifiesto su reconocimiento del problema del campo que viven los campesinos de la región de Bajío del país.
