Como si se tratara de la trama de un narcocorrido, una tonelada de cocaína sustituida con leche en polvo dejó al descubierto un caso grave de corrupción y evidenció una crisis institucional dentro de la Fiscalía General de la República.
Lo que debía ser un procedimiento rutinario de destrucción de narcóticos en Guerrero destapó una red de manipulación y corrupción que alcanzó los niveles más altos de control interno del organismo.
Sustituyen una tonelada de cocaína por leche en polvo
El caso salió a la luz cuando se descubrió que el material incinerado no correspondía al cargamento original incautado al crimen organizado, sino a leche en polvo cuidadosamente empacada para simular los paquetes de droga.
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La maniobra derivó en la destitución inmediata de diez funcionarios relacionados con las áreas de auditoría, contraloría y verificación de bienes asegurados, todos acusados de alterar los procedimientos oficiales y beneficiar a terceros.
Entre los investigados figura Arturo Serrano Meneses, excontralor de la FGR, señalado como principal responsable del desvío. También fue implicado Sergio Taboada, hermano del excandidato panista Santiago Taboada, lo que provocó un enfrentamiento político entre Morena y el PAN.
Las denuncias incluyen posibles sobornos, adjudicaciones ilegales y desvío de recursos mediante contratos amañados con empresas proveedoras de la institución.
Droga fue vendida a intermediarios
De acuerdo con fuentes internas, la droga sustraída habría sido vendida posteriormente a intermediarios, lo que apuntaría a la existencia de una estructura criminal incrustada dentro del propio sistema de justicia.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, confirmó que la investigación continúa abierta y que se busca determinar el destino final del narcótico desaparecido.
Debido a la gravedad del caso de la cocaína sustituida con leche en polvo, la FGR enfrenta gran escándalo y un severo cuestionamiento sobre la integridad de sus procesos internos.
