El refrán “enero y febrero, desviejadero” es una expresión que resuena en las comunidades rurales y urbanas de México. Este dicho, impregnado de ironía y sabiduría popular, sugiere que los dos primeros meses del año son especialmente críticos para las personas mayores.
¿Qué tan fundamentada está esta percepción en la realidad, y qué nos dicen las estadísticas al respecto?
'Enero y febrero desviejadero'
Culturalmente, esta frase se vincula con factores climáticos y sociales que podrían justificar la creencia. Los meses de enero y febrero son los más fríos del año en México, con bajas temperaturas que propician un aumento en enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en promedio, enero es uno de los meses con más defunciones, especialmente entre adultos mayores.
Las causas principales incluyeron neumonía, infecciones respiratorias y complicaciones derivadas de enfermedades crónicas como diabetes y afecciones cardíacas.
Por otro lado, las festividades de diciembre, caracterizadas por excesos alimenticios, consumo de alcohol y cambios en las rutinas, pueden dejar a las personas mayores en un estado de mayor vulnerabilidad.
Sumado a ello, las emociones intensas de cierre de año pueden tener un impacto en el sistema inmunológico, exacerbando condiciones preexistentes en los meses subsecuentes.
Cifras 'matan' mitos
A pesar de lo anterior, es importante mencionar que los datos no siempre coinciden con la percepción popular. Aunque enero y febrero muestran un incremento en enfermedades respiratorias, no siempre son los meses con mayor índice de mortalidad.
Por ejemplo, las estadísticas también indican que los meses de verano registran un alza en decesos, relacionados principalmente con accidentes de tráfico y golpes de calor.
De esta manera, el “desviejadero” no es solo una frase pintoresca; refleja una combinación de realidades estadísticas, creencias culturales y observaciones empíricas transmitidas de generación en generación.
¡A cuidar la salud!
Si bien no se puede tomar como una verdad absoluta, nos invita a reflexionar sobre la importancia de prevenir enfermedades invernales, especialmente en los grupos más vulnerables.
Así, enero y febrero, desviejadero o no, nos recuerdan que la salud requiere especial atención en estos meses fríos. ¿Qué opinas? ¿Coincides con este refrán tan arraigado en nuestra cultura?