Por muchos años, los requisitos para la primera comunión en la Iglesia Católica eran relativamente accesibles. Tradicionalmente, este sacramento implicaba un curso de catequesis de entre tres y seis meses, impartido en alguna parroquia local, a cargo de un grupo de catequistas voluntarios.
Sin embargo, en 2018, se produjo un cambio significativo que modificó el proceso.
Catecismo de dos años
La primera comunión es un momento importante en la vida de los niños dentro de la fe católica, donde por primera vez reciben la eucaristía.
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Este evento es precedido por dos requisitos esenciales: el bautismo y la confesión de pecados. Por lo general, se celebra entre los siete y los doce años, aunque los diez años suelen considerarse la edad óptima, dado que los niños comienzan a desarrollar un sentido crítico y capacidad de decisión personal sobre el significado de este sacramento.
A pesar de ello, la Iglesia acepta que este rito puede ser recibido a cualquier edad, después de los nueve años.
En 2018, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, emitió un decreto que endureció los requisitos tanto para la primera comunión como para la confirmación.
Según el documento, la preparación para la primera comunión se extendió a dos años, mientras que para la confirmación el período es de tres años.
Además, se estableció una edad mínima de nueve años para la primera comunión y doce para la confirmación. Estas nuevas disposiciones, vigentes desde el ciclo escolar 2018-2019, buscan asegurar que los niños reciban una formación profunda y no se concentren solo en la celebración festiva.
En ese año padre José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y TV de la Arquidiócesis, explicó que el objetivo de este cambio era garantizar una instrucción catequética sólida, orientada a fortalecer la fe de los niños.
El decreto también establece que los presbíteros deben obtener autorización escrita antes de administrar el sacramento, garantizando una mayor supervisión del proceso.