Conducir implica adherirse estrictamente al reglamento de tránsito, que establece qué acciones están prohibidas y las multas correspondientes para quienes las infrinjan.
En la Ciudad de México, estacionarse en lugares no permitidos puede resultar en sanciones severas por parte de la policía de tránsito.
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Las áreas prohibidas para estacionarse incluyen pendientes descendentes, banquetas, cruces peatonales, zonas señaladas con restricciones, rampas, entradas de estacionamientos públicos, gasolineras, así como estacionarse en doble fila o en sentido contrario a la circulación.
Si te estacionas en uno de estos lugares prohibidos, tu vehículo podría ser remolcado al corralón, lo que implicaría una tarifa de entre 900 y 1,800 pesos dependiendo del peso del auto, además de 90 pesos adicionales por cada día que el vehículo permanezca en el depósito.
Según el Artículo 30 del Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, la multa por estacionarse en lugares prohibidos oscila entre 10 y 20 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a una penalización de entre 729.31 y 1,458.61 pesos.
Las multas y sanciones están diseñadas para disuadir a los conductores de infringir estas normas y así mantener la fluidez del tráfico y la seguridad en las calles.