El último Grito de Independencia encabezado por Andrés Manuel López Obrador resonó con fuerza en el Zócalo de la Ciudad de México, a pesar de la lluvia persistente que no logró apagar el ánimo de los asistentes.
A pocos días de concluir su sexenio, el presidente cerró este ciclo con una celebración patriótica inolvidable, que fue descrita por muchos como el broche de oro de su mandato.
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El último 'grito' de López Obrador
El evento musical, que incluyó a la reconocida Banda MS como principal atracción, superó las expectativas al contar con la participación de otras agrupaciones provenientes de diversas regiones del país, como Oaxaca y la presencia del mariachi de la Secretaría de la Armada de México.
Aunque López Obrador ya había anunciado meses atrás la presencia de esta famosa banda de música regional, el abanico de opciones culturales y musicales fue mucho más amplio de lo previsto, abarcando una diversidad que representó la riqueza artística de México.
La oferta musical y los conciertos que se realizaron durante el evento fueron diseñados para públicos de todas las edades, lo que permitió que el festejo fuera verdaderamente incluyente.
Desde el 11 de abril, el presidente había anticipado que la celebración en el Zócalo reflejaría a México en su totalidad a través de las melodías y artistas seleccionados, un compromiso que cumplió la expectativa popular con creces.
La Banda MS, liderada por Sergio Lizárraga, interpretó algunos de sus éxitos más emblemáticos, como "Mi razón de ser", "Tu postura" y "Háblame de ti".
A las 22:30 horas hora del centro de México, la música hizo una pausa para dar paso al esperado Grito de Independencia, que López Obrador proclamó puntualmente a las 11:00 de la noche, antes de que la fiesta retomara nuevamente su curso.
El presidente hizo un reconocimiento de los héroes nacionales aumentando a la tradicional arenga los gritos de "¡viva la cuarta transformación!" y "¡muera la corrupción!", para después disfrutar de los juegos pirotécnicos y una selección de música tradicional mexicana.
Esta ceremonia patriótica, la última de AMLO como presidente, dejó una marca imborrable en la memoria colectiva de los mexicanos que abarrotaron el Zócalo.