Tal como una madre reconoce lo que su hijo necesita a partir de su llanto, nosotros, con el tiempo, aprendemos a descifrar lo que nuestros perros quieren comunicar.
Sus ladridos, movimientos, el meneo de su cola, la posición de sus orejas y, por supuesto, su mirada, son claves que nos permiten entender sus emociones. Te presentamos las miradas comunes en los perros y cómo interpretarlas.
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La mirada de tu perro
Una de las más entrañables es la mirada de felicidad. Sus ojos brillan cuando les damos cariño, jugamos con ellos o los llevamos a pasear. En esos momentos, su expresión nos llena de alegría, ya que es un reflejo de lo bien que se sienten a nuestro lado. ¡Ojalá siempre pudieran mostrarnos esa sonrisa perruna!
Por otro lado, los lomitos son expertos en mostrar arrepentimiento. Esa mirada que parece decir "¡No me regañes!" es común después de una travesura. Aunque parezca una excusa, es difícil ignorarla y evitar que nuestro corazón se ablande. Saben perfectamente que esa expresión es su arma secreta para el perdón.
La felicidad pura se refleja en sus ojos cuando llegan al parque. Aunque a veces es difícil captarla porque salen disparados a correr, ese brillo en sus ojos expresa su libertad, emoción y ganas de descubrir el mundo.
Esa mirada suplicante que nos lanzan cuando quieren que compartamos comida o algún premio es inconfundible. Es una mezcla de súplica y esperanza que rara vez pasa desapercibida.
Sus ojos delatan agotamiento
Después de un largo día de juego, sus ojos delatan agotamiento. Es una mirada que surge cuando buscan un lugar cómodo para descansar y recargar energías.
Si alguna vez le has hecho un truco a tu perro, seguro has visto su mirada de desconcierto. Esa expresión curiosa aparece también cuando algo nuevo o extraño llama su atención.
El enfado también se refleja en su mirada, acompañada a veces de dientes al descubierto. Es una advertencia que no debemos ignorar.
Finalmente, cuando algo no cuadra, ya sea un cambio en su rutina o un objeto desconocido, sus ojos lo reflejan. Esta mirada de sospecha es su forma de alertarnos de que algo no anda bien.
Aprender a interpretar estas miradas de perro, mejora nuestra comunicación con nuestros lomitos y fortalece el vínculo que compartimos con ellos.