TRADICIONES URBANAS

El refresco en bolsita: un recuerdo burbujeante del pasado mexicano

En los recuerdos nostálgicos de muchos mexicanos, una imagen particularmente vívida surge de la infancia: la bolsita de plástico rellena de bebida

El icónico refresco en bolsita
El icónico refresco en bolsitaCréditos: El Mañana / Archivo
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En los recuerdos nostálgicos de muchos mexicanos, una imagen particularmente vívida surge de su infancia: el refresco en bolsita.

Este ingenioso envase improvisado, que consistía en una bolsa de plástico sellada con un nudo alrededor de un popote, se convirtió en un ícono de la cultura mexicana durante un par de décadas.

El refresco en bolsita

Sin embargo, su origen y eventual desaparición revelan una fascinante historia sobre la innovación, la economía y los cambios culturales en México.

El surgimiento de la bolsita de refresco se remonta a los años ochenta, cuando los refrescos carbonatados eran ya la bebida más popular en el país.

En una época donde el acceso a envases y botellas era limitado para muchas personas para poder transportarlos, la creatividad mexicana dio lugar a esta solución ingeniosa.

Con la simple combinación de una bolsa de plástico y un popote, los vendedores ambulantes encontraron una manera económica y práctica de ofrecer refrescos a sus clientes.

Práctico y económico

La popularidad de las bolsitas de refresco creció rápidamente, convirtiéndose en una opción conveniente y práctica para personas de todas las edades.

Ya sea en las calles, en las escuelas o en los hogares, estas bolsitas se convirtieron en parte integral de la vida cotidiana de millones de mexicanos. Su bajo costo las hacía accesibles para todos los bolsillos, y su formato compacto las hacía ideales para llevar y disfrutar en cualquier momento y lugar.

Sin embargo, a medida que avanzaban los años y la industria de los refrescos evolucionaba, la popularidad de las bolsitas con refresco comenzó a declinar.

La llegada de envases de plástico más seguros y prácticos, así como la preocupación creciente por el medio ambiente y la salud, contribuyeron a su desaparición gradual.

Llegan los envases de plástico

Además, con el tiempo, las empresas refresqueras comenzaron a promover envases más estandarizados y reconocibles, lo que relegó a las bolsitas a un segundo plano en el mercado.

Hoy en día, las bolsitas de refresco son más que un recuerdo del pasado mexicano: son un símbolo de la creatividad y la adaptabilidad de la cultura popular.

Aunque su era dorada llegó a su fin hace ya varios años, su legado perdura en la memoria colectiva de aquellos que las disfrutaron en su juventud. Mientras tanto, la industria de los refrescos continúa evolucionando, ofreciendo nuevas opciones y desafíos para los consumidores mexicanos.

Pero por más que cambien los envases y las tendencias, la nostalgia por el refresco en bolsita siempre estará presente en el corazón de los mexicanos.