A pesar de tener una consistencia distinta, por completo diferente a la de un queso y cuyos ingredientes empleados en su preparación son otros a la de los quesos frescos y añejos, el queso de puerco no sólo conserva su nombre en el territorio nacional, pues también es llamado ‘romage de tete’ y ‘testa in casetta’ en Francia e Italia, respectivamente.
El origen de esta preparación proviene de la Europa Medieval y fue traída a México por los colonizadores españoles, desde entonces adquirió popularidad en todo el sur del país.
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La característica preparación carece de lácteos, por lo que llama la atención por qué es llamado queso de puerco; la elaboración de este producto es la cabeza de un cerdo troceada y posteriormente hervida con especias. Al finalizar el proceso se convierte en una gelatina salada.
Al producto se le denomina queso porque la forma de preparación es similar a la de los lácteos, pues se usan canastas para su prensado, además de que la elaboración del queso de puerco no desperdicia nada, puesto que patas, hígado y corazón pueden mezclarse.
Los beneficios para la salud
El aporte a la salud del queso de puerco es: el aporte de proteínas para el desarrollo de los huesos, estimula y facilita la digestión, refuerza el sistema inmune y contribuye a mejorar la salud bucal.