Nacida en Reynosa, Tamaulipas, Estefany Nahomi se fue a vivir a Tecolutla, Veracruz, desde que cursaba sexto año de primaria. Se fue con los abuelos.
Faltaban tres meses para que la joven de 14 años se graduara de la secundaria, para lo cual ya tenía padrino. Manuel, su padrino, ya tenía pensado en el regalo que le daría para que la adolescente de 14 años continuara sus estudios, pues era muy aplicada. Ahora, tras ser asesinada por un ex compañero de la escuela, "Fany" ya no tendrá graduación ni podrá usar su vestido en color vino ni podrá ser enfermera.
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Los sueños de esta jovencita quedaron truncados por un muchacho que decidió quitarle la vida con un cuchillo. Murió degollada sobre una calle cuando estaba trabajando, circulando sobre su bicicleta, la cual usaba para hacer las entregas de comida del negocio de los abuelos.
El cuerpo de Estefany Nahomi yacía sobre un charco de sangre mientras su bicicleta quedó tirada unos metros más adelante. Una bolsa con alimento estaba tirada en el piso.
El "Güero" Manuel, quien sería el padrino de graduación de "Fany" y pensaba regalarle una computadora, se encontraba en su taller en la calle Hidalgo, apenas a 15 cuadras en donde Víctor Yael la mató.
La joven acababa de entregar un par de platos de mole y arroz hechos por su abuela Ana María. Aparentemente, no se percató de que era seguida por su ex compañero en una motocicleta, pero momentos después fue derrumbada al piso para luego recibir puñaladas con un cuchillo en la yugular y en el abdomen.
Su sueño: un vestido vino para graduarse
De la primaria, Estefanía no pudo graduarse porque fue en la época de pandemia, pero en la secundaria todo indicaba que sería diferente. La adolescente soñaba con usar un vestido en color vino y cerrar una linda etapa de su corta vida en Veracruz, en donde vivía con los abuelos.
Gracias al trabajo con su familia, estaba ahorrando para comprar su vestido y unos zapatos, lo cual ya no ocurrirá.
Su sueño de ser enfermera, carrera que ya había anunciado a sus familiares y a su padrino Manuel, tampoco podrá ser.
La vida de esta niña fue frenada por un joven serio, introvertido, que no hablaba con nadie y que siempre vestía igual: rostro tapado con pasamontañas o lentes oscuros, camisa blanca, jeans. Víctor Yael era una copia diaria.
Este sábado la jovencita será despedida en el panteón; su familia seguirá pidiendo que se haga justicia.