Una de las consecuencias más notorias del horario estacional es la de la clásica desmañanada que traen todos la mañana del domingo en que se cambia el horario estacional.
No es para menos, se roban una hora de la noche en la que se debería descansar después de algún sábado de fiesta.
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A la mañana siguiente en la que se cambia el horario estacional las personas se andan durmiendo por el desvelo sufrido al haberse adelantado la hora en el reloj y estar deseando recuperar esa hora para un descanso más.
¿Cuándo se cambia el horario estacional?
Bueno, pues el cambio oficial debería realizarse a las 2:00 a.m. momento en el que la casa o el hogar están en total silencio por el sueño de sus ocupantes.
Pero, en la realidad nadie se levanta a cambiar el horario expresamente como lo marca la normativa oficial, la mayoría lo realiza antes de acostarse, pero esto no tendrá mucha ventaja si de cualquier forma te acuestas tarde.
¿Cuándo deberías cambiar el reloj?
Lo mejor sin duda alguna sería cambiar el horario en nuestro reloj, es decir adelantar la hora justo cuando lleguemos a la casa y ya no se vaya a salir más.
De esta forma se podrá ir acoplando el cuerpo lo más rápidamente posible al jet lag o desfase horario que sería que el cuerpo se vaya acoplando al nuevo ritmo horario.
Jet lag, ¿qué es?
Es cuando tu reloj interno que regula, entre otras cosas, tus niveles y ritmos de sueño y vigilia se descompensa por algún cambio en la recepción de luz y oscuridad durante estos periodos de descanso.
Este reloj se encuentra en nuestro cerebro y es regulado por los horarios habituales de sueño que permiten que el cuerpo descanse a un ritmo adecuado para recuperarse de los hecho durante el día, pero cuando este reloj interno entra en confusión todo el cuerpo lo resiente.