Por la cantidad de años que algún inquilino lleva rentando una casa, puede surgir una pregunta, ¿Puedo quedarme con una casa si tengo mucho tiempo rentándola?
Esta cuestión es común entre inquilinos y renteros, ya que algunas personas obtienen de la renta de inmuebles algún ingreso extra o esto es parte de su diversificación de ingresos, pero tal vez, al dueño le pasó por la mente la posibilidad de que la persona que alquila la casa o el bien inmueble, pueda adueñarse de la propiedad.
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Las leyes federales tienen la respuesta para esta pregunta y es… no.
De acuerdo al Código Federal de Procedimientos Civiles, este establece que existen obligaciones tanto para el propietario como para el arrendatario, que se deben cumplir al momento de alquilar la propiedad.
Tengo muchos años rentando, ¿puedo quedarme con la casa?
Este Código Federal establece que un inquilino no tiene forma de que se quede con la propiedad que alquila, ya que, con un contrato de arrendamiento, debe especificarse que el propietario se compromete a transmitir el uso o goce temporal de un bien inmueble al arrendatario, quien a su vez se compromete a pagar un precio determinado.
Incluso cuando no hay un contrato, según la ley, en la mayoría de los casos es demostrable que la propiedad está siendo alquilada y no pertenece al inquilino.
La importancia del contrato de arrendamiento
Con la firma de este documento, queda muy en claro que el inquilino reconoce que habitará una propiedad ajena, por lo que no hay posibilidad de reclamar el derecho de antigüedad.
Por mucho que pueda existir una relación de confianza y de amistad entre el rentero y el inquilino, no debe faltar el contrato de arrendamiento, esto para evitar futuros problemas.
¿Qué sucede si no hay un contrato de arrendamiento?
En el caso de que un inquilino tenga la intención de apropiarse de la construcción que habita, la ausencia de un contrato de arrendamiento, que especifique los roles de cada una de las partes, complica el proceso legal para recuperar el bien. Sin embargo, un procedimiento llevado a cabo de manera adecuada y conforme a las leyes garantiza una respuesta negativa a la pregunta de si un inquilino puede quedarse con la propiedad que alquila en México.