Las siamesas de Monterrey a quienes les daban 3 meses de vida y ya tienen 13 años, disfrutaron de una infancia feliz y ahora se preparan a la siguiente etapa de su vida.
Las dos menores comparten abdomen, vejiga, colon y otros órganos; siguen asistiendo a la escuela y durante la pandemia tuvieron sus clases en línea por la curentena del covid-19.
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Las siamesas de Monterrey
Terminaron sus estudios en la primaria `Primero de Mayo`, en Santa Catarina, Nuevo León.
"Las Lupitas", como les dicen sus compañeros y familiares cariñosamente, tuvieron momentos muy alegres durante su etapa infantil.
En múltiples ocasiones las pequeñas Elsa Guadalupe y María Guadalupe Sánchez Flores compartieron cumpleaños y vivencias, apoyadas siempre por sus padres, Facunda Flores y Apolinar Sánchez.
Ellas tienen dos hermanas mayores, Karla y María Fernanda, quienes siempre están al pendiente de que siempre se encuentren bien.
Buenas estudiantes
Como las siamesas comparten varios órganos vitales, su separación era prácticamente imposible.
Durante su periodo escolar las dos niñas siempre se integraron muy bien a sus actividades, gracias en gran parte a que su papá fabricó para ellas un pupitre especial de madera, para que siempre estuvieran cómodas.
Don Apolinar, de oficio albañil, fabricó su diseño con dos "paletas" en las que cada una apoyan sus libros y libretas: Lupita usa la del lado derecho, y Elsa la de la izquierda.
Doña Facunda, su orgullosa madre, dijo que ambas siempre le echan muchas ganas a los estudios.
También aclaró que siempre estuvo sorprendida de lo bien que han asimilado esta nueva etapa escolar, incluyendo los dos años de la pandemia que las mantuvo en su hogar.
Don Apolinar siempre ha mencionado que está muy agradecido con Dios por este doble regalo de vida.
"Son un regalo de Dios, son sus designios que hayan llegado hasta donde han llegado", afirmó, "y esperemos en Dios que lleguen más allá de lo que nos imaginamos".
El papá de las siamesas reflexiona de todo lo feliz que ha sido con ellas
Dios sabe por qué hace las cosas, y Dios nunca se equivoca. El que se equivoca es uno
Por su parte, Doña Facunda agradece siempre los buenos deseos para sus hijas y mencionó que siempre han estado bien de salud.
Gracias a Dios están muy bien, no nos imaginábamos que llegarían (a esta edad)... tengo mucha fe y Dios quiera que me las deje muchos años más
Las siamesas de Monterrey están muy contentas y son un orgullo para sus padres.