La mañana de este martes se anunció la muerte del periodista de nota roja Enrique Metinides, el fotografo que "vio demasiado" durante toda su carrera.
Desde los 9 años su pasión se vio alimentada por su padre, quien le regaló una cámara Kodak Brownie Junior, retratando las calles de la Ciudad de México en sus edificios, parques, incluso el tráfico cotidiano, etc.
En una entrevista dada en 2015, Metinides confiesa su afición desde muy temprana edad, llevando su cámara a cualquier lugar y siendo llamado poderosamente ante las explosiones y accidentes.
“Me llevaba la cámara al cine y retrataba la pantalla: Accidentes, explosiones. Luego me iba a la calle a fotografiar accidentes (…) tuve una gran colección de accidentes. Eran ocurrencias de niño, en lugar de andar jugando pelota, me iba a fotografiar todo“, declaró Metinides.
Más adelante, y con más edad y experiencia, se vio involucrado e interesado de forma genuina por los accidentes en la capital, logrando un permiso especial del Ministerio Público para acompañar a los agentes a los distintos puntos de la ciudad donde se presentara un percance.
Practicando y mostrando su trabajo, logró un puesto en el periódico La Prensa, como ayudante del reportero Antonio Velázquez ‘El Indio’ con tan solo 10 años. Gracias a esta oportunidad logró abrirse camino en el medio, demostrando una labor impecable al momento de presentar sus fotografías, las cuales destacaban por mostrar algo más allá del siniestro.
Además de este trabajo, Enrique también consiguió empleo en el Hospital Juárez, con quienes realizaba recorridos en las ambulancias; a su vez, también acompañaba al Heroico Cuerpo de Bomberos donde obtuvo el permiso para retratar los desastres de la gran urbe.
En más de una ocasión confesó como para él no era fácil tomar las fotografías a pesar de ser su gusto, sintiendo muchas veces la fatiga ante tanta experiencia siniestra y hórrida.
“Lloraba al irme a dormir, pensando en lo que había visto durante el día. Aún ahora sigo soñando, son pesadillas terribles, me despiertan y no puedo volver a la cama”, dijo en una entrevista a El País.
Influenciado por el cine de gansters y el estilo Noir, caracterizado por la estilización visual y un contenido expresivo, las fotografías de Metinides son a la fecha analizadas en los colegios tanto de periodismo y comunicación, como de fotografía. Según contó el fotógrafo de nota roja, siempre intentó mantener el respeto hacia los implicados en sus instantáneas, evitando lo morboso y lo truculento en la medida de lo posible.
Su obra más reconocida es “Adela Legarreta Rivas Atropellada por un Datsun” (1979), la cual capturó en un accidente de tránsito ocurrido en Avenida Chapultepec de la colonia Roma. Dicha imagen muestra en nivel de fotografía, al poner la víctima en el centro, con un entorno evidente de lo que ocurrió, sin mostrar más y tampoco menos; es decir, perfecto.
Metinides se retiró del medio en 1997, dejando así 50 años de trayectoria artística, incluso trascendiendo a galerías internacionales como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Institute of Contemporary Art en Berlín, o hasta presentar en Polonia, Inglaterra, España, Holanda, Francia, entre otros países.
El anuncio del fallecimiento de Enrique Metinides, el fotógrafo que "vio demasiado" deja un espacio en el ámbito periodístico y artístico para México y para el mundo.
Jesús García