Desde el miércoles pasado, San Miguel Totolapan, ya no es el mismo. Y hoy su gente continuó dando cristiana sepultura a los suyos como nunca antes.
Quien fuera su alcalde, Conrado Mendoza y su padre Juan Mendoza, fueron sepultados en el panteón municipal ante decenas de amigos y familiares que los acompañaron hasta su última morada, como lo han hecho igual con las otras 18 personas que fueron asesinadas a balazos el miércoles por la tarde.
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San Miguel Totolapan, en la Tierra Caliente de Guerrero, volvió a ser un pueblo fantasma, como lo fue cuando en el 2016 cuando la población había huido por temor a los enfrentamientos que se habían dado entonces entre dos grupos armados.
Hoy las calles vuelven a estar desérticas, tristes, en donde lo único que se respira es "miedo".
No hay clases y los negocios están cerrados. Nadie quiere salir después de las seis de la tarde.
Elementos de la Guardia Nacional, Marina, Policía Estatal y Ejército mexicano resguardan este pueblo, cabecera de este municipio. Todo mundo hace sus investigaciones.
La Fiscal General del Estado (FGE), Sandra Luz Valdovinos Salmerón y 90 funcionarios, entre peritos forenses, agentes de la policía ministerial y Agentes del Ministerio Público realizan sus investigaciones.
Esperaban la fiesta patronal
Hace una semana la gente que había vuelto al pueblo tenía la esperanza de vivir con alegría las fiestas en honor al santo patrono San Miguel Arcángel, que eran del 28 de septiembre al 8 de octubre. nadie se imaginaba qué iba a pasar hace un par de días.
Si es verdad que ya regresaron los Tequileros, en San Miguel Totolapan se va a poner otra vez feo y la gente se va a salir de las comunidades
La masacre del miércoles, dejó 20 muertos, entre ellos un niño de 14 que al tratar de refugiase fue alcanzado por las balas.
En 2016 ya hubo una balacera entre los dos grupos de "Los Tequileros" y la Familia Michoacana y mucha gente abandonó sus casas.
Hoy, otra vez en ese municipio se respira olor a muerte y miedo.