NUEVO LEÓN.- Un regiomontano, quien fue condenado a pena de muerte por el sanguinario crimen de su joven amante, fue la persona que inspiró al escritor estadounidense Thomas Harris el personaje de “Hannibal Lecter” de su novela “El Silencio de los Inocentes”.
La historia de Alfredo Ballí Treviño sale a relucir de nueva cuenta, tras el cierre del Penal del Topo Chico en donde se conocieron el escritor y el despiadado asesino.
Ballí Treviño, era un doctor que vivía en colonia Talleres y en 1959 mató a su amante, un estudiante de medicina de nombre Jesús Castillo Rangel.
El crimen se registró en el consultorio que tenía sobre la calle artículo 123. Según las notas periodísticas de la época, el doctor Ballí Treviño sostuvo una fuerte discusión con el joven y tras someterlo, le aplicó pentotal sódico.
Posteriormente, lo desangró y lo descuartizó para luego llevar a sepultar sus restos en un terreno en Guadalupe.
El médico llevó los restos de su enamorado, de 20 años, en una caja de cartón que transportó en su la cajuela de su coche y fue hasta el rancho La Noria, que estaba por lo que ahora es el Puente Chapultepec.
Sin embargo, como dicen que no hay crimen perfecto, el profesionista de la medicina fue descubierto y detenido. Lejos de mostrar arrepentimiento por su crimen, el homicida dijo que jamás tocó hueso en sus cortes.
La sentencia que recibió por el crimen fue pena de muerte y fue la última que se aplicó en el país.