“Fue horrible, aterrada, lo máximo de miedo, creí que moriría, no podía irme por mis dos hijas ,por eso manejé al hospital agarrándome el abdomen, tratando de taparme la salida de sangre de los tres balazos que me dio”, dijo Erika Torres durante el juicio.
Por dos días, quien hoy vive Trastorno de Estrés Postraumático TEPT (o PTSD por sus siglas en inglés), subió al banquillo a testificar en la corte de distrito 111, respecto a la agresión por parte de su ex marido, Billy Delgado.
'Creí que moriría'
“Me citó con engaños, llegue al departamento -que ocuparon como pareja- y después de una discusión más entre ambos, de una relación conflictiva, tras de una nueva pelea, no me dejaba ir, se paró frente a mi auto (compacto Kia Soul, color verde limón) levantó el arma y disparó muchas veces destrozando el parabrisas”, detalló la dama.
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La tarde del 01 de junio, Ericka Torres manejó su Kia desde el barrio “Ghost Town” hasta el Centro Médico de Laredo, pero no llegó, pues las heridas graves por tres plomos de grueso calibre recibidos en el estómago, le hicieron debilitarse y chocar contra tres automóviles en las esquina de Clark y Arkansas.
El percance vehicular le quebró un tobillo y además llevaba un balazos en una pierna y otro en una de sus manos.
Luego de más de medio año en serio peligro (3 meses en Cuidados Intensivos), alimentada por sonda, con más de 20 cirugías para salvarle la vida, hoy Erica Edith vive con sus dos niñas, una de ellas fue procreada con Blly Delgado.
Carece de la mitad del intestino delgado, igual que del intestino grueso incluido el colon.
“No podía morir, no por mis hijas”, dijo quien dio muestras de valentía, resistencia y más.
Hoy Billy Delgado, de 34 años de edad, ha sido condenado a 50 años de cárcel, por esta agresión agravada con arma mortal causando lesiones serias a un miembro de su familia.