Fueron cinco balazos calibre 9 milímetros: tres en el abdomen, uno en un muslo y uno más en la muñeca, los que le disparó Billy Delgado a la madre de sus hijos, Erica Torres. Ella chocó contra tres autos camino al hospital para salvar su vida.
El jurado popular y el juez visitante, Sid Harle, han escuchado los testimonios de 12 personas en dos días de juicio por ataque agravado con arma mortal causando lesiones severas.
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Entre los testimonios están los del doctor Iván Mederos, facultativo que la recibió en un nosocomio local, así como el de Rebbeca Lloyd, forense del DPS de Texas en Austin.
Han declarado cinco policías: dos patrulleros, un sargento y dos investigadores que interrogaron a Delgado, entonces de 34 años de edad, quien ese 1 de junio del año pasado, en la cuadra 24 de la avenida Smith, en el barrio Ghost Town, prácticamente intentó asesinar a su mujer.
Condujo para salvar su vida
También han sido citados una mujer y un hombre, vecinos de la pareja en conflicto, así como una amiga o pareja del acusado.
Según Delgado, lo hizo en venganza porque su hija en común, una niña, había sido molestada con tocamientos indecentes por parte de alguien cercano a la mujer.
La mujer, gravemente herida, conducía su auto Kia Soul color verde limón y chocó contra tres vehículos en la esquina de Arkansas y Clark, mientras se dirigía a un hospital.
Un policía declaró que el arma fue recuperada del departamento de Delgado, y otro dijo que el hombre aceptó su culpa, argumentando que su hija había sido víctima de indecencias.
Erica estuvo hospitalizada más de seis meses en San Antonio, Texas; fue operada más de 20 veces, con pérdida de más de la mitad de su intestino delgado y grueso, incluido el colon.
Este miércoles será el tercer día de juicio en la Corte 111 del Distrito, en el Condado de Webb.