Habrá muro fronterizo a lo largo de las 154 millas (248 kilómetros) de río Grande (río Bravo, en México) que vigila en el Sector Laredo la Patrulla Fronteriza, entre Zapata y Carrizo Springs, pasando por Laredo, Texas, de hecho, este mes se ha avanzado en estudios y negociaciones con los propietarios de tierras, los estudios y el papeleo administrativo, los contratos.
Jesse Muñoz, jefe de la Patrulla Fronteriza Sector Laredo, dijo que será un triple muro; 1) virtual o con tecnología a base de cámaras, sensores de movimiento y calor, rayos infrarrojos, potente alumbrado, patrullaje, naves acuáticas, caminos ribereños para ello, número de agentes que hagan falta, drones y otros equipos, herramientas, vehículos y demás tecnología. 2) La pared, cerca o valla, que alcanza hasta nueve metros de altura de postes o bolardos metálicos, como frente a Baja California. 3) Grandes boyas flotantes sobre el río, las que por su altura y condiciones, evitan que las puedan brincar las personas que cruzan por el Bravo.
“Se sellará la frontera sur desde el Océano Pacífico en el oeste, hasta el Golfo de México en el este, con 46 mil 500 millones de dólares de inversión”, dijo Muñoz en conferencia de prensa ayer.
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Habrá doble barrera en algunos tramos con la cerca y las boyas. La primera etapa está prevista para ser otorgada este mes e incluirá tanto el sistema de muros primarios como el sistema de barreras de agua. Las boyas flotantes individuales miden entre cuatro y seis pies de altura, están conectadas entre sí y podrán adaptarse en tamaño, según el nivel del agua y los requisitos operativos.
“Están destinadas a crear un entorno fronterizo más seguro para los agentes de patrulla, así como a disuadir a los migrantes de intentar cruzar ilegalmente la frontera por estas peligrosas vías fluviales”, mencionó.
En su mensaje, el titular de la Patrulla Fronteriza perteneciente a Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) afirma: “Las organizaciones criminales trasnacionales (TCO) suelen aprovechar la falta de impedimento a lo largo de las vías fluviales fronterizas para facilitar el tráfico de personas y narcóticos ilegales hacia Estados Unidos”.
“Las barreras acuáticas proporcionan capacidades efectivas de impedancia y negación que mejoran las barreras naturales y complementan los sistemas de muros fronterizos de acero terrestres cercanos”, añadió.