En Estados Unidos, el uso indebido de la línea de emergencia 911 es un delito que no solo afecta a quienes realmente necesitan asistencia, sino que también conlleva consecuencias legales severas.
El 911 es el canal primordial para reportar situaciones críticas como accidentes automovilísticos, secuestros, violaciones, homicidios y otros eventos donde la vida está en peligro. Los operadores, al recibir estas llamadas, movilizan rápidamente los servicios de emergencia necesarios, como patrullas y ambulancias.
Las llamadas falsas al 911
Sin embargo, cuando la llamada resulta ser falsa o parte de una broma, el impacto es considerable. Además de poner en riesgo la vida de personas que requieren asistencia urgente, el responsable de la llamada enfrenta sanciones importantes.
Dependiendo del estado, las multas por una llamada falsa pueden oscilar entre 1,500 y 5,000 dólares. Pero la situación puede agravarse si el autor de las llamadas ha realizado múltiples intentos fraudulentos. En algunos casos, si el número de llamadas inapropiadas supera las cinco, la pena puede incluir prisión de uno a dos años.
El portal The Ansara Law Firm detalla que las llamadas malintencionadas, incluso cuando no tienen fines de emergencia, constituyen un delito. Un ejemplo es el de un hombre que, al quedarse sin minutos en su plan telefónico, utilizó el 911 para realizar comentarios obscenos a una operadora. Fue arrestado poco después y enfrentó una fianza de 1,500 dólares debido a su historial delictivo.
Este tipo de infracciones no solo genera multas y posibles penas de prisión, sino que puede afectar futuras emergencias. Los operadores podrían ignorar futuros llamados del mismo número, lo que pone en riesgo la respuesta adecuada ante una situación real.
Además, los tribunales pueden exigir el reembolso de los costos de la movilización de los servicios de emergencia, aumentando las repercusiones legales para los infractores.