Si tienes unos 100 mil dólares en tu cuenta bancaria y quieres hacerte de una excentricidad, este es tu día de suerte, pues en Texas se está poniendo a la venta un pueblo fantasma, y por unas razones únicas.
Se trata del pueblo de Lobo, un asentamiento ubicado en West Texas, a 97 kilómetros de Marfa, el cual se encuentra abandonado en medio del desierto, despertando cientos de leyendas alrededor del sitio.
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Poco queda de este lugar anteriormente poblado, quedando en pie una vieja tienda de abarrotes, un motel vacío y una gasolinera tapiada.
Lo cierto es que, más allá de las historias de fantasmas o apariciones, lo que más ha llamado la atención recientemente es su puesta en venta por parte de sus anteriores propietarios, un grupo de amigos alemanes que compró Lobo como finca para vacacionar y realizar eventos artísticos y festivales de cine.
Pueblo fantasma en venta
En mejores épocas, el pueblo fantasma llegó a albergar cerca de 100 personas, teniendo un acuífero subterráneo que podía dar agua a sus pobladores y los sembradíos en el terreno.
La salida de las personas, precisamente se debió al secamiento del pozo, dejando inhabitable el sitio. Lobo fue abandonado por sus últimos habitantes en 1991, y para ese año, un turista extranjero visitó el poblado, quedando perdidamente enamorado.
Muchos pensarían que es muy genial tener en sus propiedades un pueblo fantasma, pero lo cierto es que requiere mucho mantenimiento tener de pie las estructuras que alguna vez fueron habitadas.
Esto mismo fue confirmado por Alexander Bardoff, uno de los propietarios de Lobo, quien declaró para el medio Texas Monthly que buscan deshacerse del pueblo porque ya no tienen tiempo para darle mantenimiento.
“Regresas después de un año y las cosas se han destruido, y luego tienes que empezar de nuevo. Tendré 70 años en un mes y todos mis otros amigos están en Alemania, nos estamos quedando sin energía”, señaló Alexander Bardoff.
Ahora, el precio para este lugar fue establecido por los dueños en 10 mil dólares, mucho menos de lo que costaría una casa en esta región, pero dicho monto está condicionado a un perfil específico de personas, quienes quieran cuidar el lugar, pues tiene mucha carga emocional.
“Tenemos una inversión física y emocional, no solo queremos ganancias. Nos gustaría encontrar un grupo de personas que quieran hacer algo interesante por ahí. No necesariamente lo que hicimos, sino alguna idea”, remarcó Bardorff a la estación de radio KUT.
Para el siguiente fin de semana, previo al Memorial Day (Día de los caídos), Bardoff y sus amigos harán un evento de puertas abiertas, donde cualquiera que desee asistir podrá acampar y escuchar música de invitados especiales locales, sobre todo para conocer el lugar y así atraer a posibles compradores.
"La intención simplemente es que disfruten de estar en el desierto, disfruten el ambiente, la soledad”, comentó Bardoff.