Omar Rodríguez, entonces inspector estatal y luego policía municipal y después investigador del condado de Webb, recuerda los últimos dos agentes locales asesinados en Laredo.
El policía municipal Pablo Alvidrez junior, el 31 de julio de 1976, y el alguacil de la cárcel del condado de Webb, José Gerardo “Curly” Herrera, el 3 de febrero de 1986.
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PABLO ALVIDREZ
En el caso de Pablo, joven de 27 años de edad, fueron los hermanos Arturo y Juan José Aranda, narcotraficantes de San Antonio, Texas, que vinieron a la orilla del río Grande por un cargamento de mariguana (500 libras), pero los policías municipales enterados del movimiento en la ribera fueron hacia esa parte oeste de Laredo y los Aranda los recibieron a tiros.
Pablo llegó en apoyo de sus compañeros y fue recibido de un balazo en el torso; murió camino al hospital La Merced, a los Aranda los detuvieron los otros policías de la ciudad y del DPS de Texas.
Arturo Aranda seguía en lista de espera en la prisión de Huntsville, para morir mediante inyección letal y Juan José murió de enfermedad en octubre del 2021, fuera de prisión, cuando purgaba cárcel “de por vida”, pero le liberaron por su mal terminal.
José Gerardo 'Curly' Herrera
“Curly” Herrera, de solo 22 años de edad, fue asesinado de un balazo en la cabeza por Rogelio Rangel Hernández, conocido como Rogelio “Roy” Hernández, aquella madrugada de febrero en la vieja prisión ya derrumbada y que se localizaba donde hoy es el estacionamiento del edificio de gobierno del condado de Webb o corte de comisionados, entre esta construcción y el edificio de los poderes de la ciudad de Laredo, entre las calles Houston y Victoria, junto a la avenida Flores.
“Tenían varias armas, se dijo que las subieron a la cárcel con cordones o cuerdas, hasta el segundo piso, pues antes las ventanas de las celdas se veían para la calle, solo las rejas separaban a los detenidos del exterior, pero incluso gritaban a la gente que pasaba por la calle o la banqueta.
"Ellos podían ver para fuera, entonces se dice que tiraron cordones y alguien abajo amarró las pistolas, eran varias, quisieron escapar de la cárcel bajo amenazas de muerte y luego a tiros, como Roy lo empezó a hacer y mató a Curly”, dijo quien entonces era investigador del departamento del sheriff y ese mismo 3 de febrero de 1986, se casó.
Eran varios los reos armados, al menos dos más -recuerda Omar Rodríguez-, luego se amotinaron y tiraron balazos hasta a la ambulancia que vino por "Curly" Herrera, y los otros dos carceleros heridos, aquello se puso feo, pues dicen que fueron cinco pistolas las usadas.
Rodríguez fue agente del condado de 1977 a 1996, luego se pensionó, pero ahora trabaja de medio tiempo en la oficina de archivo y expedientes del Departamento del Sheriff del Condado de Webb.
También fue policía municipal, antes que alguacil e investigador de Webb, así como primero fue inspector del estado y recientemente auxiliar del condestable del precinto 4.