Muchos niños indocumentados están cruzando las crecidas y fuertes aguas del Río Grande, solo el viernes pasado, entre los nutridos grupos de inmigrantes, iban varios pequeños.
Se está multiplicando el trabajo para la Patrulla Fronteriza Unidad Acuática, para salvar de la muerte a los menores y a todas las personas, sepan o no nadar, dada la peligrosidad del afluente.
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Los agentes aseguran que ni con rudimentarias balsas o cámaras de llanta infladas se puede asegurar el cruce seguro de los extranjeros, sobre todo de los pequeñines.
En fotografías de la Patrulla Fronteriza de los últimos días se observen a decenas de menores de ambos sexos, lo mismo en el agua del Río Bravo para México, Río Grande en Estados Unidos, como en casas de alijo y en cajas tráileres.
Bebés en brazos, aparecen en múltiples imágenes, así como adolescentes y adultos que conforman numerosos grupos de indocumentados, todos asidos a estos objetos flotantes.
La agencia federal advierte que las aguas están crecidas y fuertes, al peligro se le suman las corrientes bajo el agua, no visibles sobre el espejo de la misma.