KRIZIA KEISER

Su amor al prójimo salvó vidas

Joven estaba ilusionada con su licencia en 2012; a sus padres dijo que podía donar sus órganos y un año más tarde se apagó su luz, y su deseo se cumplió

La jovencita de 18 años era muy feliz al lado de sus padres Martha y John e inseparable de su hermano John Hanson.
Su amor al prójimo salvó vidas.La jovencita de 18 años era muy feliz al lado de sus padres Martha y John e inseparable de su hermano John Hanson.
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Escrito en LAREDO TEXAS el

Krizia obtuvo su licencia de conducir en noviembre de 2012. Lo primero que dijo cuando llegó a casa fue “Mami, ¿sabías que puedo donar mis órganos cuando muera?”

Esta pregunta tan sencilla aumentó su importancia el 6 de junio del 2013 cuando la joven de 18 años falleció a causa de aneurisma cerebral masivo y algunos de sus órganos sirvieron para dar vida a otras personas que estaban en lista de espera.

“Ese día que obtuvo su licencia de manejo discutimos el tema durante la cena en la mesa. Estaba emocionada de saber que si algo le sucedía, alguien más podría recibir ayuda donando sus órganos, ojos y tejidos, en ese momento no imaginábamos la tragedia que se acercaba”, recordó Martha Keiser, mamá de Krizia.

“El 6 de junio de 2013, Krizia falleció a causa de un aneurisma cerebral masivo. En nuestro dolor, su padre y yo recordamos que ella había tomado una decisión noble al registrarse para donar. Ayudar a los demás es lo que ella quería y ser donante es cómo iba a dejar su legado”, señaló.

Sus padres aceptaron su voluntad y permitieron que un hombre de San Antonio llamado Rick recibiera los riñones y el páncreas; una mujer de nombre Sonya, nativa de Boerne, Texas, sus pulmones, y Alice, de Austin, el hígado.

“El ejemplo de nuestra hija que con su muerte salvó tres vidas al donar sus órganos, nos impulsó a formar una fundación que lleva su nombre y cuya misión es dar becas además de promover la importancia de donar órganos”, dijo Martha.

“Nuestra preciosa niña fue una joven cariñosa y tierna en vida, y su espíritu generoso sigue vivo en la vida de aquellos que han recibido sus órganos y tejidos”, agregó.

Destacó que abril es el mes para hacer conciencia en la importancia de donar órganos y afirmó que desafortunadamente quienes menos donan son los hispanos, algo que en su opinión debe cambiar.

Martha mencionó que ella, su esposo y su hijo son donadores de órganos para seguir el ejemplo de Krizia y en todos sus eventos promueven la importancia de registrarse, ya sea al sacar o renovar una licencia de manejo o bien en la página web www.donatelife.org

“Hemos tenido una excelente respuesta en la comunidad pero aún hay mucho por hacer, mi hija cumplió su misión el 6 de junio del 2013 con su muerte y yo decidí continuarla en su memoria”, afirmó la atribulada madre.

Destacó que a nivel nacional hay 113 mil personas en lista de espera para una donación de órganos que les salve la vida y 11 mil de éstos son residentes de Texas.

Martha, quien mantiene el cuarto de Krizia intacto, como ella lo dejó al morir, pidió a la comunidad hacer conciencia sobre la importancia de donar órganos para que otras personas puedan salvar sus vidas.

“Hay 2.3 millones de personas registradas para donar órganos en Estados Unidos pero apenas el 3 por ciento llega a tener la oportunidad de hacerlo porque se necesita que tengan una muerte cerebral para que puedan aprovecharse los órganos”, afirmó.

Martha sabe que la herida por la partida de Krizia jamás cerrará, que siempre llorará su muerte, pero también sabe que la mejor manera de recordarla y de honrar su memoria, es perpetuando su deseo de salvar las vidas de otros.

“Con la Fundación Krizia Keiser y el trabajo que hacemos siento que una parte de ella aún está con nosotros”, dijo Martha.

UN SER MARAVILLOSO

Martha Keiser sufrió el dolor más grande que puede tener una madre al perder a su hija Krizia de un derrame cerebral hace casi 9 años.

Krizia iba a cumplir 19 años una semana antes de morir de un derrame cerebral y en su misma muerte demostró que era un ser excepcional al salvar la vida de tres personas donándoles sus órganos.

“Mi hija Krizia vino a este mundo con una misión y yo voy a continuarla en su memoria porque esto me hace sentir que su muerte no fue en vano y que ella está aquí con nosotros, promover la donación de órganos es ahora una de las razones de mi vida”, dijo Martha.

Recordó a su hija adolescente como una persona maravillosa, tierna, compasiva, siempre preocupada por los demás y muy apegada a su familia además de ser inseparable de su hermano John Hansen, dos años menor que ella.

“Le gustaba mucho la playa, disfrutaba dibujar y su viaje favorito era ir a Disney, se la pasaba en su cuarto viendo televisión y le encantaba pasar tiempo con su familia”, recordó con un dejo de tristeza en su mirada.

Martha mencionó que seis meses antes de morir, Krizia obtuvo su licencia de manejo y pidió que la registraran como donadora de órganos.

“Esa tarde llegó muy contenta porque era donadora de órganos y durante la cena no dejaba de platicar sobre este tema y lo importante que era para ella poder ayudar a otras personas aún con su muerte”, indicó.

Martha jamás imaginó que esa charla de mesa se haría realidad seis meses después cuando la tarde del 6 de junio del 2013 Krizia se sintió mal, dijo que le dolía mucho la cabeza y estaba recostada en su cama.

“Cuando llegó la hora de la cena fui a su cuarto y me dijo que le dolía más la cabeza, comenzó a decir incoherencias y vomitó, me asusté mucho, le hablé a mi esposo y la llevamos de inmediato al hospital”, relató.

SÚBITA PARTIDA

Los médicos la revisaron de inmediato al llegar y a los pocos minutos les informaron a los padres que la joven de 18 años tenía un aneurisma, un derrame en el cerebro, que estaba muy grave y era necesario trasladarla a San Antonio.

“La llevaron en un helicóptero de emergencia para tratar de salvarla pero allá nos dijeron que ya estaba muy mal, que no se podía hacer nada y le declararon muerte cerebral, en unas horas nuestras vidas cambiaron para siempre dejando un inmenso dolor en nuestros corazones”, dijo.

De esta manera, los preparativos para la fiesta de cumpleaños 19 de Krizia, que sería en siete días, se convirtieron en una devastación completa para la familia Keiser.

Cuando estaba llorando junto con su esposo, llegó una representante de la Alianza de Donadores de Órganos de Texas para hablar con ellos sobre una posible donación, ya que Krizia estaba registrada como donadora.

“En un principio la rechacé, era mucho el dolor y no quería que a mi niña le quitaran nada de su cuerpo”, afirmó.

Más tarde, cuando estaba un poco más calmada, la misma mujer llegó de nuevo a su cuarto para hablar con ella y con su esposo John.

“Nos dijo que Krizia se registró como donadora de órganos porque así era su voluntad, fue entonces que recordé la plática que tuvimos seis meses antes durante la cena, cuando ella dijo que con su muerte quería salvar vidas, entonces comprendí que esa era la misión de Krizia”, mencionó.

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