Lo que comenzó como una detención rutinaria por drogas y prostitución en Blackshear, Georgia, Estados Unidos, terminó siendo un caso sorprendente. La persona arrestada, identificada inicialmente como Keisha Johnson, fue llevada al departamento del Sheriff para verificar su identidad y descartar antecedentes pendientes.
Al analizar las huellas digitales, los oficiales descubrieron algo inesperado: la detenida no era Keisha y tampoco era mujer. Tras cotejar los datos, se confirmó que se trataba de Charles Moore, un hombre que había sido reportado como desaparecido en 2005 y dado por muerto más de cinco años atrás.
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Durante el interrogatorio, Moore admitió que tras su desaparición decidió asumir la identidad de Keisha Johnson y se sometió a procedimientos quirúrgicos de transición de género. Explicó que, en aquel tiempo, ser homosexual o trans era muy peligroso, y no quería que su familia sufriera por su decisión.
Según la Policía, en 2005 Moore abandonó a su esposa y a sus cinco hijos, lo que llevó a la familia a creer que había muerto.
Tras su reaparecimiento, cuatro de sus hijos, ya adultos, aceptaron retomar la relación, aunque su hijo mayor afirmó que nunca lo perdonará por haberlos abandonado.
El caso ha generado gran interés y debate en la comunidad, ya que toca temas de identidad de género, abandono familiar y la búsqueda de segundas oportunidades, mientras Moore enfrenta las consecuencias legales de su detención original bajo su identidad asumida.