En un entorno donde muchos negocios creen que crecer requiere grandes presupuestos publicitarios, nuevas estrategias demuestran que no siempre es así.
La clave puede estar en detalles tan simples como una sonrisa al recibir o un espacio bien iluminado. Optimizar el punto de venta, hacerlo más limpio, ordenado y con toques visuales como una planta, un cartel llamativo o un objeto tradicional como un Buda sonriente o canela en la entrada mejora la percepción del cliente desde el primer momento.
En México, muchos comerciantes juran por la buena energía que transmiten estos elementos.
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Lo digital puede ayudarte sin gastar
Tener presencia constante en redes sociales, compartir promociones o fotos del negocio genera confianza y recordación. Un estudio de Hootsuite y We Are Social (2024) revela que el 83% de los usuarios en México sigue al menos una cuenta de una tienda o negocio local, y el 62% ha realizado una compra tras ver una publicación.
Además, plataformas como Mercado Pago o Clip permiten aceptar pagos sin necesidad de grandes inversiones, lo que agiliza la decisión de compra.
También puedes reconectar con tus antiguos clientes, enviarles un mensaje con un cupón o crear dinámicas de recomendación son técnicas con alto retorno, según datos de Harvard Business Review, que afirma que retener a un cliente cuesta entre 5 y 25 veces menos que conseguir uno nuevo.
Mejorar la atención, capacitar al equipo para saludar, escuchar y resolver dudas rápidamente puede parecer obvio, pero pocos lo aplican. En pequeños negocios, esa diferencia se nota.
Finalmente, crear alianzas con otros comerciantes, asistir a tianguis o ferias locales y mantener la energía del lugar incluso con rituales simbólicos como incienso o agua con sal puede fortalecer el ambiente y atraer más visitas.
Pequeños pasos, bien enfocados, pueden ser la chispa que active un nuevo ciclo de crecimiento.