CURIOSIDADES ECOLÓGICAS

Conoce las plantas 'que hablan' y platican entre ellas

Aunque carecen de voz, las plantas desarrollan una compleja red de comunicación; estas estrategias les permiten advertir peligros, coordinar defensas, adaptarse al entorno y colaborar con organismos vecinos

Plantas que se comunican.
Plantas que se comunican.Créditos: internet
Escrito en GLOBAL el

La idea de que las plantas se comunican ha dejado de ser una simple curiosidad botánica para convertirse en un campo de estudio clave para la ciencia moderna.

Investigaciones recientes revelan que, aunque carecen de sistema nervioso o cuerdas vocales, los vegetales han desarrollado métodos sofisticados para intercambiar información con su entorno y entre sí.

Las plantas 'que hablan'

Esta comunicación se manifiesta a través de compuestos volátiles, impulsos eléctricos y emisiones sonoras ultrasónicas.

Las plantas pueden liberar moléculas al aire que actúan como alertas químicas. Cuando una es atacada por herbívoros, libera compuestos específicos que avisan a sus vecinas, desencadenando en ellas respuestas defensivas anticipadas. Estas moléculas, llamadas volátiles, también sirven para atraer polinizadores o aliados naturales que eliminen plagas.

Más allá del aire, dentro de sus tejidos las plantas movilizan señales eléctricas. Al igual que las corrientes en el cuerpo humano, estos impulsos se propagan por su sistema vascular, reaccionando ante heridas o variaciones ambientales.

Por ejemplo, si una raíz detecta escasez de agua, puede enviar señales a las hojas para reducir la pérdida de humedad.

Incluso se ha documentado que plantas como el tomate emiten sonidos cuando están estresadas. Aunque inaudibles para los humanos, otros organismos, como insectos y roedores sí pueden percibirlos. Algunos estudios ya traducen estas vibraciones en datos que permiten evaluar el estado de salud vegetal sin intervención física.

La red micorrícica

Uno de los hallazgos más revolucionarios se encuentra bajo tierra: la red micorrícica. Se trata de asociaciones entre raíces y hongos que permiten el intercambio de nutrientes e información genética mediante fragmentos de ARN. En esta red subterránea, árboles viejos pueden alimentar a brotes jóvenes o alertar sobre amenazas compartidas.

Entender el lenguaje vegetal podría transformar la manera en que cultivamos, preservamos y nos relacionamos con el mundo natural.