En recientes horas, el caso de ‘Sister Hong’ escandalizó a las redes sociales: un hombre se hacía pasar por mujer y engañó a miles a través de una aplicación de citas. Lo turbio es que los grababa teniendo encuentros íntimos y vendía el contenido, que está de más aclarar que es ilegal.
Esto ocurrió en China. Un sujeto de 38 años, identificado como Jiao Moumou, se hacía pasar por mujer en una app de citas. Para su personificación, usaba pelucas, maquillaje, implantes y para las plataformas digitales empleaba filtros; todo esto está dentro de cualquier tipo de marco de convivencia.
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No obstante, Jiao fue más allá: creó una personalidad bajo el nombre de ‘Sister Hong’. El argumento era el siguiente; era una mujer divorciada que buscaba ‘consuelo’. Trasciende que los citaba en su hogar y, tras seducirlos, sostenía encuentros sexuales íntimos.
Lo siniestro del caso es que se reportan al menos mil 691 víctimas, aunque la cifra varía según el reporte. Sin embargo, el punto más delicado surgió después, pues si bien grabar sin consentimiento ya es un delito per se, Jiao vendía estos clips mediante Telegram; se cree que los clientes pagaban hasta 21 dólares por pertenecer al ‘club’.
¿Cómo fue descubierto?
Jiao Moumou, ‘Sister Hong’, fue detenido el 5 de julio de 2025 cuando una de sus víctimas se reconoció en internet y procedió a denunciarlo ante las autoridades. El caso se volvió mediático y más afectados se destaparon. Lamentablemente, los videos explícitos también han circulado.
El caso de ‘Sister Hong’ es una clara violación a la privacidad de las personas y un delito al vender contenido sexual sin el consentimiento de los participantes, sin dejar de lado la afectación a la imagen persona de cada uno. Otro debate que ha surgido es la represión sexual que se vive en China y en diversos países del mundo, que lleva a miles hombres a ponerse en situaciones de riesgo al no existir espacios seguros para la exploración de su sexualidad.