NATURALEZA

El cambio climático azota a Norteamérica

Desde la costa del Pacífico mexicano, pasando por Texas y Nuevo México, y hasta puntos tan alejados como Alberta y la Columbia Británica, en Canadá, la Naturaleza ha sido cruel e intensa, con lluvias poderosas

Créditos: El Mañana
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Desde la costa del Pacífico mexicano, pasando por Texas y Nuevo México, y hasta puntos tan alejados como Alberta y la Columbia Británica, en Canadá, la Naturaleza ha sido cruel e intensa, con lluvias tan poderosas que han causado fuertes inundaciones y la muerte de más de 120 personas.

El norte de México, regularmente seco en verano, se ha visto agobiado por precipitaciones que son tan fuertes, que en apenas dos días aportaron 110 millones de metros cúbicos de agua a la presa La Amistad y desbordaron el río Conchos, que pasó de medio metro a más de tres metros en apenas unos días.

El Conchos es el principal afluente del río Bravo, que a su vez alimenta a la presa La Amistad.

Las lluvias se han multiplicado en todo el norte de México, con inundaciones en Chihuahua, Sonora, Coahuila y Durango. Pero los dos episodios más trágicos causados por las lluvias no ocurrieron en México, sino en Estados Unidos, particularmente en Texas.

En el condado Hill Country, muy cerca de San Antonio, al menos 119 personas, muchas de ellas menores de edad, perdieron la vida víctimas de inundaciones repentinas. El río Guadalupe creció rápidamente y sus aguas arrasaron con varios campamentos en los que había niños y adultos. Mientras aún buscaban a más de 160 desaparecidos en Texas, en Nuevo México se registraron nuevas inundaciones repentinas, a tal grado que el agua arrastró en Ruidoso, una vivienda entera. El saldo, hasta ayer jueves, era de tres fallecidos, un adulto y dos niños.

En Texas, las lluvias han azotado desde San Antonio y más al norte, como Austin, y Dallas, entre muchas otras ciudades texanas. En todos los casos hay algo en común: lluvia muy intensa, incluso en cantidades que regularmente se registran en meses, que castiga un área pequeña en un periodo muy corto de tiempo.

Eso hace pensar que algo anda mal en el clima. En un contexto de crisis climática, la pregunta lógica que surge es qué tanto tuvo que ver el calentamiento global.

Y aunque se requiere lo que en la ciencia llaman estudios más a fondo para dar una respuesta certera, sí hay señales que apuntan a que los desproporcionados aguaceros se dan gracias a un coctel que incluye condiciones del clima temporales alimentadas, precisamente, por el aumento de la temperatura de la Tierra.

La doctora Friederike Otto, cofundadora de World Weather Attribution, dijo que sin duda alguna, “aguaceros extremos como éstos son exactamente lo que la ciencia espera en un mundo que se calienta rápidamente debido a la quema de combustibles fósiles”.