En el norte de Canadá se encuentra Manitoba, una de las provincias más frías de la región en donde existe una pequeña localidad con menos de 820 habitantes.
En Town of Churchill todos se conocen, la gente se tiene confianza y se ayuda; además, comparten una costumbre peculiar, ya que dejan siempre casas y autos sin seguro por protección de todos.
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Town of Churchill: una costumbre única y necesaria
A orillas del río Churchill se encuentra una ciudad con el mismo nombre que colinda con la Bahía Hudson, una de las zonas más antiguas de Canadá, en la provincia de Manitoba.
Town of Churchill se considera especial, pues es conocida como la capital del oso polar, donde la población de estos mamíferos es mayor que la cantidad de gente en el pueblo. Con más de 900 osos polares, en Town of Churchill es común que te encuentres con uno de estos enormes animales y, aunque parezcan muy tiernos, en realidad son parte de la fauna salvaje, lo mejor es evitarlos.
Por ello, los habitantes saben, sin decirlo abiertamente, que tener un sistema común de protección es necesario. Ante eso, siempre dejan sus vehículos y casas sin pasar la llave; así, en caso que un transeúnte quede muy cerca de un oso polar, tenga la oportunidad de resguardarse en el automóvil más cercano o bien, en alguna de las casas del vecindario.
Para los turistas, existe un sistema de transporte especial, en el que podrán pasearse por las áreas donde habitan los osos sin molestarlos y poder admirarlos a una distancia prudente. Cada año, especialmente entre octubre y noviembre, centenares de osos migran hacia el hielo marino y pasan, literalmente, por el pueblo en su camino.
No es nada raro ver a los osos ingresar a las calles suburbanas del pueblo en Churchill y pasearse 'a sus anchas'; la mejor recomendación es no enfrentarlos ni intentar acercarse.
La mayoría de los habitantes tienen sus autos estacionados en las aceras del pueblo y con las puertas sin seguro en todo momento, es posible subirse rápidamente y esperar a que el plantígrado complete su recorrido por la zona.
Esta precaución puede parecer extrema, pero en un lugar donde un oso polar puede alcanzar velocidades de hasta 40 km/h y pesar más de 600 kg, no hay mucho margen para el error. Cada segundo importa y una puerta cerrada puede ser fatal.
Así, la comunidad se protege a sí misma dejando abiertas las rutas de escape.
Además de esta conocida práctica, existen otras estrategias comunitarias para protegerse de estos mamíferos:
- Patrulla del Oso Polar: Un grupo local que recorre la ciudad en busca de osos, especialmente al amanecer y al anochecer. Si detectan alguno, alertan a la población de inmediato.
- 'Cárcel' de osos polares: Una instalación especial donde se mantiene a los osos que entran repetidamente al pueblo. Allí se los retiene durante unos días, se los alimenta y luego se los reubica lejos de la zona urbana.
- Alarma comunitaria: Cuando se detecta un oso en zonas habitadas, se activan alertas para que la población se resguarde.
- Iluminación y señalización especial: Calles muy iluminadas, advertencias visuales y zonas señalizadas ayudan a identificar rutas seguras o riesgosas.
Además, Churchill no tiene conexión por carretera con el resto del país, lo que contribuye a su aislamiento. Solo se puede llegar por tren, avión o barco. Esta lejanía hace que la comunidad sea muy unida y que desarrolle soluciones locales creativas para sus desafíos únicos.
Este pueblo es un ejemplo de convivencia real con el medio ambiente que los rodea, gracias a esta medida implementada se refleja una comunidad solidaria que ha aprendido a convivir con uno de los depredadores más impresionantes del planeta, priorizando siempre la seguridad y el cuidado colectivo.