Vas caminando por la calle, ves un perro con su dueño. Pasas a su lado y, de la nada, el animal empieza a ladrarte con fuerza… pero a la siguiente persona ni la pela.
¿Te ha pasado? No es casualidad: según el veterinario Felipe Vázquez Montoto, de los centros Catdog, los perros también son “selectivos” con sus ladridos, y no siempre se trata de agresividad.
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¿Perros con “simpatías”?
Según el experto, los perros desarrollan afinidades o rechazos por estímulos que perciben como amenazantes, incómodos o simplemente inusuales.
Les ocurre lo mismo que a las personas. Hay gente que te cae mejor y otra que no tanto. A ellos igual. Hay personas que no les resultan simpáticas.
¿Qué activa su alarma?
Existen varios factores que pueden detonar estos ladridos selectivos:
- Olores corporales particulares
- Forma de caminar
- Postura o lenguaje corporal
- Tonos de voz o gesticulaciones
- Invasión de su “espacio seguro”
Y sí, aunque no lo creas, los perros pueden “oler el miedo”. Quienes tienen fobia a los canes suelen liberar hormonas asociadas al miedo, lo que altera su olor natural. Este cambio es imperceptible para otros humanos, pero no para el potente olfato de un perro.
¿Y si fue maltratado?
Vázquez también aclara que los perros con antecedentes de maltrato suelen reaccionar con más desconfianza.
Ganarse su confianza requiere mucha constancia, amor y cariño. Cuesta lo suyo hacerles olvidar que, por suerte, no todos los humanos son tan malvados.
Así que, si un perro te ladra sin razón aparente, no te lo tomes personal. Puede que estés invadiendo su espacio, que detecte tu miedo… o simplemente que no le caigas bien. Como nosotros, los perros también tienen sus intuiciones y las hacen oír con fuerza.