Llevar jugos de frutas al cruzar hacia Estados Unidos es una práctica permitida, pero regulada. Las autoridades estadounidenses exigen que este tipo de bebidas esté adecuadamente empacado y declarado en el punto de ingreso.
La omisión de este paso puede implicar el decomiso del producto, multas e incluso impedimentos futuros para el viajero.
Cruzar jugos de frutas a Estados Unidos
Los jugos industrializados, como los que vienen enlatados, embotellados o empacados en cartón, son usualmente admitidos, siempre que se conserven en su envase original, sellado herméticamente y con etiqueta comercial visible.
Esta medida busca garantizar la seguridad alimentaria y prevenir el ingreso de contaminantes o elementos no autorizados. El sello de fábrica es un criterio esencial, por lo que botellas caseras o recipientes sin rotulación pueden ser rechazados.
En contraste, los productos frescos, sobre todo cítricos como naranja, toronja, mandarina o mango, enfrentan mayores restricciones. El motivo principal radica en la protección fitosanitaria: algunas plagas y enfermedades, aún invisibles al ojo humano, pueden viajar adheridas a estas frutas y afectar la producción agrícola estadounidense.
Por ello, aunque en algunos casos podrían autorizarse bajo condiciones específicas, lo más habitual es que estén sujetos a prohibición total.
La declaración de estos artículos ante la aduana es un paso obligatorio. Las políticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) indican claramente que omitir este procedimiento podría derivar en sanciones.
Además, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) cuenta con un manual actualizado sobre productos procesados que conviene consultar antes del viaje.
De esta manera, cruzar jugos de frutas a Estados Unidos es posible si se cumplen las normas establecidas. El respeto a las reglas fronterizas garantiza un ingreso sin contratiempos y ayuda a preservar la seguridad agrícola del país.