EDUCACIÓN

'FURRIES Act', la ley que busca prohibir en Texas que niños tengan comportamientos animales

Una iniciativa legislativa busca prohibir expresiones infantiles como disfrazarse o imitar animales en las escuelas, fundada en rumores y bromas de redes sociales

Buscan prohibir 'comportamientos no humanos' en escuelas de Texas.
Buscan prohibir "comportamientos no humanos" en escuelas de Texas.Créditos: internet
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Texas podría convertirse en el primer estado en sancionar legalmente los gestos de fantasía e imaginación típicos de la infancia. Bajo el nombre de "FURRIES Act", la propuesta del diputado estatal Stan Gerdes pretende erradicar cualquier conducta que no represente fielmente a un "ser humano" dentro del entorno escolar.

Desde el uso de orejas falsas y colas decorativas hasta emitir sonidos como ladridos o maullidos, todo quedaría prohibido salvo contadas excepciones designadas por el calendario académico.

'FURRIES Act' de Texas

A pesar de su tono legalista, la ley se basa en rumores ampliamente desacreditados sobre supuestos estudiantes que se identifican como animales y que usarían cajas de arena en las escuelas.

No hay evidencia concreta que respalde estos relatos, que han sido desmentidos incluso por autoridades escolares en diferentes estados. No obstante, la iniciativa avanza en la legislatura como si enfrentara un problema real y urgente.

El texto del proyecto establece que cualquier comportamiento que emule rasgos o hábitos de otras especies será motivo de sanción disciplinaria, y autoriza al Fiscal General a multar a las escuelas que no apliquen la normativa.

Además, amplía la definición legal de "abuso infantil" para incluir la promoción de estas expresiones no humanas, abriendo la puerta a implicaciones legales para maestros o padres que permitan este tipo de juegos.

Voces críticas 

Diversas voces críticas han señalado que la medida representa una obsesión desproporcionada con la conducta infantil, además de un ataque contra la creatividad y la libertad de expresión.

A nivel pedagógico, se advierte que su implementación limitaría prácticas comunes como el teatro escolar, los ensayos con disfraces y la exploración lúdica de roles.

Expertos en educación coinciden en que lejos de atender un problema educativo genuino, el proyecto convierte la imaginación infantil en un riesgo legal.