La "pata de pollo" no solo representa un elemento curioso, sino el nacimiento de una auténtica revolución en la industria del calzado deportivo.
Esta peculiar fuente de inspiración fue fundamental para William J. Riley, un inmigrante británico asentado en Boston a comienzos del siglo XX, quien vio cómo los tres dedos de una gallina ofrecían un equilibrio perfecto.
La pata de pollo y los tenis New Balance
Motivado por esta simple pero poderosa idea, Riley creó un soporte para el arco plantar basado en tres puntos de apoyo, buscando brindar mayor estabilidad y confort al usuario.
Desde su fundación en 1906, la "New Balance Arch Support Company" se enfocó en atender las necesidades ortopédicas de la clase trabajadora estadounidense, alejándose de las tendencias efímeras para priorizar la funcionalidad y el bienestar.
Para Riley, una auténtica pata de pollo se convirtió en herramienta de venta: la mostraba a sus clientes para explicar la ciencia natural detrás de sus innovadores productos. Este enfoque dio inicio a una filosofía de diseño centrada en la ergonomía y en la experiencia del usuario.
Con el paso de los años, New Balance evolucionó de ser una pequeña fábrica casi artesanal a consolidarse como una potencia mundial, sin perder de vista su principio fundamental de equilibrio y calidad.
La introducción de modelos como las Trackster, la expansión empresarial y su irrupción en la cultura sneaker marcaron elementos claves en su trayectoria.
Hoy, en un mercado saturado por la moda rápida y el hype, New Balance sigue destacando por su autenticidad. Su historia, que inició observando una pata de pollo, sigue inspirando a generaciones que buscan comodidad, durabilidad y estilo genuino, una pata que cambió el mundo