El sueño de convertirse en multimillonario vuelve a tomar fuerza en Estados Unidos. El premio mayor del Powerball aumentó nuevamente y ahora alcanza un estimado de 1,600 millones de dólares, colocándose como uno de los montos más altos en la historia de la lotería estadounidense.
De acuerdo con funcionarios del juego citados por la agencia Associated Press (AP), ningún boleto logró acertar los seis números ganadores del sorteo del sábado 4, 5, 28, 52, 69 y la Powerball roja 20, lo que permitió que el pozo siguiera creciendo y generando expectativa entre millones de jugadores.
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Con este incremento, el sorteo programado para este próximo lunes 29 de diciembre se convierte en el quinto premio más grande jamás registrado en Estados Unidos y el cuarto mayor en la historia del Powerball, una lotería que desde hace años protagoniza algunos de los jackpots más impresionantes del mundo.
El récord absoluto continúa siendo el premio de 2,040 millones de dólares, ganado en 2022 por un único boleto vendido en California. En aquella ocasión, el ganador optó por recibir un pago único de 997.6 millones de dólares antes de impuestos, una decisión común entre quienes buscan evitar la espera de varios años.
La posibilidad de ganar sigue siendo extremadamente baja
Las probabilidades de acertar los seis números se mantienen en 1 entre 292.2 millones, lo que no ha impedido que miles de personas sigan comprando boletos con la esperanza de cambiar su vida de la noche a la mañana.
Quien resulte ganador del próximo sorteo podrá elegir entre dos opciones, un pago único estimado en 735.3 millones de dólares, o una anualidad cercana a los 1,600 millones, que incluye un pago inicial inmediato seguido de 29 pagos anuales, los cuales aumentan un 5% cada año. Ambas alternativas están sujetas a impuestos federales y estatales.
Powerball se juega en 45 estados, además de Washington D. C., Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos. El sorteo es administrado por la Asociación Multiestatal de Loterías, una organización sin fines de lucro cuyos ingresos se destinan a educación pública y otros programas sociales.
Mientras el premio sigue creciendo, millones de personas vuelven a mirar su boleto con ilusión, conscientes de que, aunque las probabilidades son mínimas, la posibilidad de hacer historia sigue latente.
