Ni los coyotes ni las serpientes representan el mayor peligro para los guardaparques de Texas. En realidad, el verdadero enemigo es más común y devastador, los cerdos salvajes, una especie invasora que se ha expandido por casi todos los condados del estado y que causa daños ecológicos y económicos de gran magnitud.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), estos animales provocan pérdidas superiores a los mil millones de dólares anuales, afectando tanto a los ecosistemas como a las comunidades rurales.
Te podría interesar
Solo en Texas, se estima que existen más de 2.6 millones de ejemplares, distribuidos en 250 de los 254 condados.
Los cerdos salvajes alteran el suelo, destruyen vegetación nativa, erosionan terrenos y contaminan cursos de agua. Además, amenazan sitios históricos y culturales como cementerios, campos de batalla y montículos funerarios, lo que ha encendido las alarmas entre ecologistas y autoridades locales.
Texas A&M crea el primer marco nacional para controlar la especie
Ante el creciente impacto, investigadores de la Texas A&M University desarrollaron un nuevo plan nacional de manejo para apoyar al Servicio de Parques Nacionales (NPS) en la vigilancia y control de esta especie invasora.
El plan, elaborado por el Departamento de Manejo de Pastizales, Vida Silvestre y Pesquerías, permitirá diseñar estrategias específicas según las condiciones de cada parque, su entorno legal y sus recursos. El proyecto se pondrá a prueba en parques de Texas, Tennessee y Hawái, antes de su implementación a nivel nacional, así lo explicó Anna Racey, autora principal del estudio
El objetivo es ofrecer una guía coherente para estructurar programas de conservación, incluso en parques que aún no enfrentan invasiones.
Racey y su equipo encuestaron a más de 400 parques nacionales e incorporaron datos cuantitativos y cualitativos sobre la presencia de la especie. Su asesor, el profesor John Tomecek, destacó que hasta ahora cada parque debía improvisar sus propias estrategias, lo que dificultaba el control por falta de experiencia y recursos.
Además del daño ecológico, el NPS advierte que los cerdos salvajes pueden portar más de 30 enfermedades y 40 parásitos transmisibles a animales domésticos y humanos. Su comportamiento agresivo, especialmente cuando se sienten acorralados o defienden a sus crías, aumenta el riesgo de encuentros peligrosos.
El Servicio de Parques Nacionales los clasifica entre las cinco especies invasoras más problemáticas en Estados Unidos, junto con los gatos asilvestrados, el escarabajo esmeralda del fresno, la hormiga colorada importada y el áfido lanudo del abeto oriental.
Su presencia ya se documenta en áreas protegidas como Big Thicket National Preserve, Big Bend National Park y Padre Island National Seashore, donde los guardaparques han registrado suelos devastados y vegetación arrasada. Con la implementación de este nuevo plan, Texas busca proteger su biodiversidad y su patrimonio natural e histórico, enfrentando a una de las invasiones más persistentes y destructivas de su territorio.
