CRIATURAS MARINAS SORPRENDENTES

Avistan medusa gigante rosa en playa de Texas; es tan voraz que come ejemplares de su propia especie

El enorme animal, con tentáculos de más de veinte metros, sorprendió a científicos y visitantes en las costas del Golfo de México. La especie, conocida como Drymonema larsoni, causa fascinación por su tamaño, su rareza y su particular apetito

Su presencia en el sur de Texas es muy rara.
Su presencia en el sur de Texas es muy rara.Créditos: internet
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Una medusa gigante rosa en Texas se ha convertido en el nuevo misterio de los mares del Golfo de México. Su tono, semejante al del algodón de azúcar, y su longitud extraordinaria de tentáculos, que pueden superar los 20 metros, la han colocado en el centro de la atención científica.

Investigadores y curiosos han presenciado su aparición repentina en playas del sur de Texas, donde decenas de ejemplares vararon a finales de septiembre.

Medusa gigante rosa en Texas

Jace Tunnell, del Instituto Harte de la Universidad Texas A&M en Corpus Christi, fue uno de los primeros en documentar el fenómeno. Durante un recorrido por la costa de Port Aransas, halló más de una docena de medusas de este tipo, algunas todavía vivas y enroscadas sobre otras más pequeñas, las conocidas medusas lunares.

Estas últimas constituyen su alimento principal, un comportamiento inusual incluso entre las especies más voraces del océano.

El descubrimiento reavivó el interés por la Drymonema larsoni, una especie identificada apenas en 2011 y que pertenece a una familia distinta dentro del mundo de las medusas: las Drymonematidae.

Hasta hace poco, se pensaba que solo existía en el Caribe o el Mediterráneo, pero su expansión hacia el Golfo de México muestra una posible variación en sus rutas migratorias o en la disponibilidad de presas.

Inofensiva para el humano

A pesar de su imponente tamaño, los expertos aseguran que su contacto con el ser humano es inofensivo. Su picadura se describe como leve, apenas un cosquilleo.

Su defensa real es el volumen de sus tentáculos, capaces de atrapar y digerir otras medusas sin necesidad de un estómago, absorbiéndolas por completo en pocas horas.

La aparición de esta medusa gigante en Texas no solo representa un hallazgo biológico, sino también una advertencia de lo mucho que queda por descubrir en los océanos.